martes, 21 de enero de 2014

A MARILYN FRENTE AL MAR





José de Cádiz


Eres un sueño guardado en el fondo del océano
Eres caricia y fulgores  alumbrados por el sol
Eres el ideal dorado de los hombres terrenales
Eres mujer primorosa que hace perder la razón

Todas las estrellas nacen y las vemos tan distantes
Hombres quisieran tocarlas y sentir su irradiación
Pero los seres humanos tan carecentes de ternura
Nunca podrán alcanzarlas ni sentir su resplandor

Eres una mujer tierna que merece ser mimada
A la que sobran promesas y lisonjas por doquier
Nunca serán tan sinceras como el canto de las olas
Ni tan sublimes y etéreas como esta puesta de Sol

Siempre soñé con besarte y expresarte mi cariño
Quiero que Venus permita que se cumpla esa ilusión
Pero si no nos conceden un momento tan dichoso
Sé que lo haremos en grande en la cuarta dimensión

Tal vez la fama te abruma y destruye tu alma pura
El cine es un medio efímero no carente de realismo
Te propongo que abandones el glamour y candilejas
Antes de que tenebrosos te lleven hacia el abismo

Los momentos más felices no vuelven a repetirse
Vivamos estos instantes como un regalo supremo
Cuando te sientas muy triste visítame en una barca
Yo te esperaré en la playa con mariposas monarcas


Cuanto le daría a la vida para tocar las estrellas
Que diera yo por un beso a tus caderas tan bellas
Las gaviotas se te acercan para conocer tu historia
Saben bien que contemplarte es conocer a la gloria



Con todo cariño para Norma Jean...

EL DÍA QUE ME ACOSTÉ CON MARILYN VI


EL DÍA QUE ME ACOSTÉ CON MARILYN










Cap. V1

Una diosa que podía tener el mundo a sus pies si se lo proponía.


José de Cádiz



Subimos en silencio al yate y abandonamos la isla “La roqueta”. La nave se adentró en alta mar hasta perderse como un minúsculo puntito. Una mesa bien dispuesta nos aguardaba a bordo. Una cocinera negrita nos trajo toallas para darnos un chapuzón y quitarnos la arena.  Le comenté a Marilyn que no traía más ropa que la que llevaba puesta. Me dijo bromeando que no había problema y que podía bañarme en traje de Adán si se me antojaba. Reí para mis adentros.


Marilyn era una mujer desinhibida.  Yo no tenía confianza para mostrarme ante ella desnudo y tenía que enjuagar mi vestimenta para volvérmela a poner. Sonrió con gentileza.  El calor del trópico resulta muy agradable. Cuando salí del baño me llevé otra sorpresa. La rubia me llevó a un clóset lleno de ropa y calzado fino para caballero. Me dijo:

--Vestimenta del dueño del barco y tengo permiso de tomar lo que yo quiera de aquí. No te preocupes, ponte una ropa adecuada y recuerda que la noche es larga.

Elegí una camisa verde de lino y un pantalón negro de casimir, mocasines color blanco. Quería verme elegante en aquella cena.  Marilyn se puso un vestido rosa con un escote precioso que la hacía ver fenomenal. La vi tan deslumbrante que parecía una mujer feliz. Era claro que sufría altibajos emocionales.

En la mesa había exquisitos manjares y bebidas caras. La diva estaba entusiasmada por pasar una velada llena de encanto. Encendió el modular con música instrumental que parecía amenizada por los mismos ángeles. Pequeñas lamparas adornaban el espacioso comedor. Sirvió dos aperitivos y me invitó a brindar:

--Hagamos de esta noche una fecha memorable. Quiero que sea la mejor de mi estancia en el puerto.  Olvidarme que soy Marilyn y pensar que soy dichosa.  Quiero Bailar, tomarme unas copas, soñar. Sentirme acariciada por un hombre que no vea en mi a la ninfómana. Quiero ilusionarme con un mundo que no es mío.

Yo la escuchaba intrigado y sorprendido. Se encontraba conmigo una Diosa que podía tener el mundo a sus pies si se lo proponía.  Pero ella parecía no percatarse de ello.  Sacudí la cabeza para cerciorarme que no estaba soñando. Me costaba trabajo creer que aquella celebridad fuera tan infeliz. Pero la realidad ahí estaba con un cuerpo escultural y labios entreabiertos.

Cenamos faisán y caviar como dos colegiales intrépidos. Luego me pidió que descorchara una botella. Yo la obedecí como un fiel vasallo a su reina. Quería hacerla sentir dichosa aunque sea por una noche. Prolongar aquella velada tanto como fuera posible. Serví dos copas y expresé:

--Quiero que este paseo sea extraordinario. Quiero verte alegre y despreocupada.  Daría lo que fuera por darte la felicidad que mereces. No sé lo que nos depare el futuro pero eres una fantasía convertida en realidad. Voy a atesorar lo que vivamos en lo más profundo de mí ser.

Chocamos con delicadeza las copas. Luego me pidió le declamara el poema que tanto le había gustado en la playa.  Solicitó otras poesías de mi autoría. Un recital exclusivamente para ella.  Le gustó sobremanera:


MUJER DE ENSUEÑO



Ámame, como solo la eternidad lo sabe hacer.


Mírame, como a un niño en el regazo de su madre.

Acaríciame, como las nubes acarician el vacío.

Muéstrame, la verdad de esta vida terrenal.

Mátame, cuando te canses de mirar el firmamento.

Cántame, la sinfonía de la naturaleza.

Cuéntame, los diálogos secretos entre un duende y una mariposa.

Tócame, las más hermosas melodías con el clarín.

Motivame, a tratar de alcanzar el firmamento.

Regálame, una estrella el día de mi cumpleaños.

Invítame, una copa con nieve de volcanes o llena de iceberg.

Enséñame, que la vida despierta cuando la muerte está dormida.

Permíteme, regalarte mi esencia, estrecharte en mis brazos, y colmar tu inocencia.

Ayúdame, a cruzar el puente entre lo finito e infinito.

Anhelo, conocer tus secretos cuando estás dormida, cuando guardas silencio y cuando me miras.

Concédeme, la dicha de saber  que  la felicidad se encuentra detrás de esa montaña, y que el universo, ¿nos pertenece?

Prometo, amarte indefinidamente, comprender tu silencio y mirarte de frente.


Marilyn escuchó embelasada el poema. Esta vez al final no lloró. Se paró y me besó con delicado frenesí. Yo correspondí la caricia presintiendo que se avecinaba un huracán. Recordé que tenía que ser cauto y quería que las cosas se fueran dando lentamente. No debía pensar ella que solo me interesaba el coito, también su parte interna.

Llené de nuevo las copas. Sugerí subiéramos a la cubierta para contemplar el mar en la semioscuridad. Viajar de noche en un yate resulta una experiencia francamente alucinante.  Hacerlo con una mujer como Marilyn era pactar con la naturaleza. Nos acercamos al barandal a escuchar el murmullo de las olas. Experimenté una sensación casi sobrenatural.

Hay momentos que se quedan grabados el alma para siempre.  Es como tener un pie en el cielo y otro en la tierra.  La vida es extraordinaria y debemos disfrutarla al máximo.  Amarla, glorificarla, por ser el mejor regalo que Dios nos dio.  Solo la valoramos cuando estamos a punto de perderla.

La abracé de la cintura por detrás y estuvimos largo rato sin hablar. Todo el universo parecía comulgar con nosotros en ese momento.  Un firmamento a nuestra entera disposición.  Nunca me sentí tan dichoso e inspirado. Por instantes solo se escuchaba el murmullo del viento, ¿era el canto de las sirenas que los marinos escuchaban temerosos?  





--¿En qué piensas, Marilyn?

--En mi vida y en la tuya.  En lo que nos deparará el porvenir. Me hubiera gustado conocerte antes de ser actriz. Te voy confiar algo que pocos saben.

--Tú dirás.

--Me casé muy joven con un chico apuesto.  Estaba enamoradísima o al menos así lo creí.  Lo hice para escapar de los orfelinatos a los que nunca me adapté. No hubo un noviazgo formal como cualquier otra pareja y naturalmente mi matrimonio fracasó.  Mi marido se enlistó en La marina para irse a la II guerra mundial. Me dejó
 trabajando en una fábrica de paracaídas donde fui descubierta por el fotógrafo de una revista. En mi adolescencia soñaba con tener un novio que me llevara al cine y comprara palomitas.  Que saliéramos a caminar y contemplar el atardecer. He conocido infinidad de hombres pero jamás nadie me ha invitado a un parque. ¿Por qué, Joe?  ¿Por qué no ven en mí a la mujer sensible? La vida me ha negado cosas tan bellas.

--Será que no podemos tenerlo todo. Pero no te preocupes, yo te llevaré al cine y te compraré palomitas, luego lloraremos juntos con alguna película. ¿Acepta mi invitación, bella princesa?

Sonrió divertida y agregó:

--Quiero que después del cine me lleves a tu casa.  Conocer tu hogar y cocinarte una comida sabrosa. Leer un libro, escuchar música, asomarme a tu mundo aunque no me pertenece. Sentirme una ama de casa por breves momentos.

--Es que yo ni siquiera tengo casa. Vivo en un modesto edificio de departamentos.  Por favor, no me pidas eso.

--¡Qué tonta soy!  Dijiste que tenías novia y puedo causarte inconvenientes. Perdóname, has sido tan amable conmigo.

--No, no es eso, de veras. No quiero que te lleves una mala impresión de mi hogar. Acostumbrada a los lujos y comodidades.  Con Fabiola nos llevamos bien y no guardamos secretos.  Si es tu deseo te llevaré.

Musitó:

--Eres tan comprensivo conmigo.  Vente, vamos a bailar, quiero divertirme hasta el amanecer.  ¡Alcánzame si puedes, Jajaja!

Marilyn se quitó los zapatos y corrió como niña traviesa por toda la cubierta. Yo la seguí como un lobo a su presa.  Me sentía infantil jugando de esa manera pero me agradaba mucho.  Era verdad que todos llevamos un niño dentro y aquello lo confirmaba.  No obstante, una inquietud me atosigaba, el temor que todo terminara abruptamente. 

La alcancé y de premio medio otro beso que prometía el paraíso. Bajamos al bar y puso una música tropical sabrosa: “La bamba”, que nos motivó a bailar en el acto. La bebida estaba surtiendo efecto.  Swing, Cha cha chá, y hasta mambos. Seguimos tomando con moderación pero sin tregua.  Luego cambió esos ritmos por algo más romántico: Los Beatles, Gleen Miller, Frank Sinatra, nos arrullaron con sus creaciones.

Los dos deseábamos prolongar ese momento. Ninguno quería sustraerse a la magia de la noche.   No queríamos despertar de una quimera y encontrarnos con otra realidad. La felicidad es fugaz como el viento.  Vi tan alegre a Norma que pensé que ya no tendría sufrimientos.  Qué equivocado estaba con mi apreciación.

Tan abstraído estaba con el baile que no me percaté que se había quedado dormida en mis brazos.  Como si inconscientemente quisiera transportarse a un lugar inexistente. Agotada por el ritmo y los movimientos sensuales de su cuerpo. Me detuve un momento mientras el disco seguía girando como la vida misma.

¿Pretendía evadir sus circunstancias tan quebrantadas como un vendaval? Tan dolorosas como un viacrucis.  Marilyn era prisionera de la fama y su belleza la estigmatizaba como una maldición. De otra manera no habría tenido infortunios que le habían robado el sosiego.  Que la habían condenado a la amargura y frustración.  ¿Qué podía hacer Norma para superar su situación?

La música sin ella había perdido todo su encanto. Sin su risa ni resplandor el salón estaba vacío.  No esperaba aquel desenlace y tomé en mis brazos a una alondra viajera.  Una estrella errante que el azar había traído a mi vida trayendo regocijo y sorpresas.

La cargué delicadamente y busqué un camarote. Lo encontré y deposité su cuerpo en la cama. Esa hermosura se encontraba a escasos centímetros de mí. Contemplé sus senos tan perfectos.  La apreté ligeramente y aspiré su aliento. Su perfume era realmente enloquecedor. Un estremecimiento me recorrió de pie a cabeza.  A punto estuve de soltar a la bestia interior que todos llevamos dentro.  Sacudí la cabeza y reaccioné.

La besé con gran dulzura y sonreí. Sabía lo que aquella ninfa necesitaba y entendía su sufrimiento. De ninguna manera profanaría su sueño. Le quité sus zapatillas para que durmiera a gusto. Acomodé su cuerpo de tal manera que no sintiera la mínima molestia. Me acurruqué a su lado e hice un esfuerzo por evitar cualquier tentación.

Con el aire frío de la noche no pude evitar el impulso de abrazarla. Al contacto de aquella piel de terciopelo mi pene se enderezó furioso. Apagué la luz y todo quedó en penumbras. Solo se escuchaba el golpeteo de las olas contra el acero del barco.


Continuará





EL EMBUTE

José de Cádiz



En México hay muchas quejas y señalamientos de que los medios no son confiables.   Que no existe una prensa imparcial y democrática.  Que grandes cadenas de TV están al servicio del gobierno y una publicidad voraz y engañosa que se encarga de manipular información.  Emporios convertidos en vasallos de un sistema de gobierno corrompido.  Los suplementos culturales han desaparecido, ¿por qué?

Un poder que degrada cada día más las instituciones no puede garantizar una prensa imparcial y democrática.  Que  los comunicadores vendan su información es una vergüenza.  Hay una poderosa razón: Tenemos un gobierno no elegido por el pueblo.  En México, no existe la democracia y vivimos la peor imposición de nuestra historia.  Un mundo  donde la mentira y simulación campean.  Curiosamente, hace 100 años, Francisco I. Madero luchaba contra un dictador llamado: Porfirio Díaz.

En la mayoría de los países ya existe la democracia, menos en México.  Por lo tanto no tenemos un periodismo sano y equilibrado.  Es verdad que el oficio siempre ha sido mal pagado en los medios impresos.  Claro, excepto los conductores de TV famosos.  Esto no justifica que se haya prostituido una profesión tan noble.  Se puede ejercer un periodismo ético y más comprometido con la realidad.



Desde el siglo XIX, hubo en México una prensa que ya luchaba por sus libertades.  En 1812, se promulgó en España la Constitución de Cádiz, que proclamaba la libertad de expresión.  Aparecía el panfleto: “El Periquillo sarniento”, al frente de José Joaquín Fernández de Lizardi,  que señalaba vicios y corruptelas de la Nueva España.

Consumada la Independencia periódicos liberales y articulistas hicieron de la prensa una tribuna para denunciar injusticias.   Francisco Zarco, Ignacio Ramírez, Guillermo Prieto, Manuel Payno, Ignacio Manuel Altamirano, ejercieron un periodismo transparente.  No fueron plumas que se vendieron y como consecuencia trascendieron.   José Vasconcelos, dijo al respecto: “Las plumas vendidas no vuelan alto”.

No obstante, en la misma época, se implementó el  embute  llamado comunmente: “chayote”.  Periodistas que aceptaban sobornos para lisonjear a los presidentes en turno.  Antonio López de santa Ana, solía decir de sus críticos: “Este gallo quiere maíz”, para dar a entender que tenían que sobornar a un periodista.

El embute no siempre es en efectivo también en especie o canonjías.  Tal como lo reciben actualmente la mayoría de comunicadores.  Directores de medios, radio, y Tv, lo  reciben bajo corriente por “concepto de publicidad”. Por supuesto, dicha percepción rebasa el costo real de un desplegado o anuncio.  El estilo del gobierno para seducirlos.

Hay quienes lo reciben a través de un empleo burocrático.  Reporteros que olvidan la libreta y el micrófono para convertirse en funcionarios y aduladores con privilegios. O de plano, reciben el "chayo" en cheque o billete verde.  Un reportero me comenta: “figúrate que fulano no me quiere dar el chayo”.  La estrategia es la misma entre directivos y reporteros.  Empiezan denunciando a determinado funcionario,  empresa,  o  particular.  Se ventilan cosas que sorprenden a la ciudadanía por su sensacionalismo.



En México, como sabemos hay mucha tela de donde cortar.  Quiero decir el embute es el pan de cada día.  Cuanto inician los directivos sugieren a reporteros: “chíngate a ese cabrón”.  El funcionario es exhibido y presionado prefiere negociar con ese medio.  De pronto, cesan las críticas, televisoras y prensa guardan un ominoso silencio.  Columnistas bisoños siguen enviando sus artículos al periódico.  Si les preguntan al director, por qué ya no los publican, les dicen: “se traspapeló tu artículo”.  Es proverbial su cinismo como pueril la explicación.

Esto ha traído como consecuencia que los periodistas vean limitados sus derechos y se les pierda el respeto, también a los medios.  El escabroso mundo del hampa, funcionarios, medio artístico, empresarios, y gente encumbrada,  saben que pueden comprar cualquier información.  Silencian cualquier medio con dinero.

En México, tenemos un caso ejemplar: Los periódicos Reforma, El universal, El sol de México, Novedades y otros más publicaron supuestas encuestas que daban como ganador a Enrique Peña Nieto en elecciones del 2012.  Cuando ni siquiera realizaron ninguna encuesta.   No dijeron a quiénes entrevistaron, ni los sectores que confirmaran esas cifras.   Universidades y eruditos desmintieron categóricamente esas "encuestas" amañadas.   Por dinero estos medios torcieron el camino de la democracia.  La TV fue determinante en su labor titánica para cercenar la democracia.

Para muestra dos botones.

Quizá muchos recuerden, el incendio del antro “Lobombo”, en el DF.  Ahí murieron muchos jóvenes hace varios años.   Joaquín López Doriga, y  Javier Alatorre, entre otros,  denunciaban reiteradamente el siniestro y la irresponsabilidad del dueño.  Diariamente los reportajes cobraban dimensiones mayúsculas en Televisa y Tv azteca.  Un día, culminó misteriosamente toda información al respecto.  ¿Qué habría sucedido? Pues el dueño es multimillonario y pudo escapar de la justicia.  Jamás volvieron a mencionar el caso las 2 televisoras.  “Poderoso caballero es don dinero”.

Otro caso:

Un periodista de El Sol de Acapulco denunció hace varios años  a un funcionario que robó mucho dinero del erario.  Cosa rara, ¿no les parece? Si eso no sucede en México.  La directora, era la Lic.  Eloína López Cano, gran amiga de Mario Vázquez Raña.     Como el sol de Acapulco dejó de publicar acusaciones le pregunté al reportero qué había sucedido.  Me contestó sin inmutarse: “Me llamó el funcionario para decirme: "¿cuánto quieres por dejar de molestarme?" Yo le contesté: "quiero la mitad de lo que te robaste".  Él me dijo: "pero es que yo no me he robado tanto".  "Nunca te dan lo que pides pero finalmente llegamos a un arreglo”.  Me quedé estupefacto ante la frialdad y cinismo del periodista.

Esto implica que el periodismo es un poder de facto que se compra y se vende al mejor postor.  El gobierno ha fundado verdaderos emporios creados ex profeso para apuntalarlo.  Mario Vázquez Raña, dueño de Organización Editorial Mexicana,  es un ejemplo de ello.  Medios mercenarios por su información  tendenciosa.  Toda información es manipulada con bisturí.  Esta cadena es una poderosa aduladora del sistema.   Don Mario, era un señor viejo y cascado, pero podrido en dinero.  Ya murió. Debería haber dejado una imagen más loable y edificante a sus descendientes.



Televisa, es una empresa creada en 1950, por Emilio Azcárraga Milmo, que se codeó todo el tiempo con el sistema.   Su programación tuvo la firme consigna de adormecer las conciencias de los mexicanos.  Simpatiza con la estrategia de los romanos: “Al pueblo denle pan y circo para tenerlo contento”.  No les interesa ofrecer una programación inteligente ni educativa.

El chavo del ocho, un programa para dementes, era la "super estrella" que "educó" a varias generaciones.  Telenovelas baratas, noticiarios tergiversados, chismes de la farándula, cómicos vulgares,  son el pan de cada día.  Sin importar que un amplio sector de la sociedad exige una televisión más propósitiva y orientada a la verdad.

Tv azteca, empezó con propuestas diferentes pero pronto sucumbió al poder. Carlos Salinas de Gortari  la fundó para su propio beneficio.  Emilio Azcárraga Vidaurreta, y Ricardo Salinas Pliego, empresarios archimillonarios que viven del espectáculo  y el "chayo".  Corren de sus empresas a: conductores, actores,  técnicos,  por el menor motivo.   La mayoría se quedan callados por temor a represalias de los “ gigantes de la Tv”.  Esto genera impunidad y desesperanza en un cambio futuro.  La población exige acabar con ese duopolio amafiado con el gobierno.  La cámara de diputados frena cualquier intención al respecto.  La llamada bancada televisa están ahí precisamente para defenderlos.

 No todos los periodistas se venden. Sería  injusto afirmarlo.  Tenemos a grandes profesionales  que han hecho del periodismo una oportunidad de servir.  Elena Poniatowska,  Julio Scherer, Ricardo Rocha, Carmen Lira, Cristina Pacheco, Carmen Aristegui, entre otros, han ejercido  un periodismo ético al servicio de las masas.  Seguramente hay otros que no tienen la suerte de ser tan conocidos.   Ellos nos pueden dar la única información confiable.  No podemos decir lo mismo de Adela Micha, que se ganó un noticiario estelar, por apoyar 2 fraudes,  en  2006, y en 2012.

El televidente sabe intuitivamente quién miente o dice la verdad.   Detecta al comunicador que aprecia su trabajo y lo respeta.  Hay una sociedad informada que demanda mayor veracidad en un noticiario.  La Internet ha contribuido a la apertura de medios.  Censura la sociedad  a los baluartes de la tiranía con notas sobornadas.  Necesitamos  una  prensa oxigenada para nuestro desarrollo, y la de ella, por supuesto.  Necesitamos una Tv educativa no monopolizada por el poder.  Empresarios que antepongan el interés de la población al dinero.  ¿Lo lograremos muy pronto?

Ni al gobierno le conviene medios tan corrompidos y barberos.  Le restan credibilidad y lo hacen parecer como una caricatura.  Necesitamos crear espacios que permitan críticas a la prensa; que han conformado gobiernos totalitarios.  Medios comprometidos con la verdad y sin restricciones.  Que nos ilustren, motiven,  persuadan,  como seres inteligentes y no como marionetas.  Quizá algún día tengamos una prensa honesta al servicio de las masas.  Vivimos un momento histórico que nos brinda esa oportunidad.




COPLAS A UN MÉXICO HERIDO

José De Cádiz





Tienes una historia viva llena de piedras y estampas
Calles ciudades montañas que despiertan añoranzas
Hemos sufrido despojos que han mutilado tu suelo
Humillado como un niño maltratado y sin consuelo

Primero fue Hernán Cortés que destruyó una cultura
Que traicionó a Moctezuma con armaduras tan duras
Pronto nos impuso leyes y una fe que no eran nuestras
Y en comunión con la iglesia se llevó nuestras riquezas

Luego vinieron los gringos codiciando nuestra tierra
Y con sucias componendas nos declararon la guerra
Trajeron armas y ejército para aplastar a indefensos
Solo teníamos machetes, piedras y algunos jumentos

La humanidad no los quiere gobernantes abusivos
Por dinero son capaces de incendiar a niños vivos
Hiroshima y Nagasaki son la gran prueba viviente
En Irak por su petróleo bombardearon a inocentes

Napoleón con  los franceses trataron de avasallarnos
Nos mandaron a Carlota y Maximiliano de Hastburgo
Un grupo de mexicanos querían "la gran monarquía"
Pobres nacos arrastrados el gusto les duró un día

Benito Juárez decide desterrar aquellos príncipes
Carlota se volvió loca porque no duró el reinado
Mientras que a Maximiliano no lo indultó el Vaticano
¡A ver si les quedan ganas de venir a gobernarnos!

Un señor muy bien plantado llamado Porfirio Díaz
Se ganó la presidencia cuando el pueblo lo quería
Pronto lo enfermó el poder y asesinó democracias
Cada cuatro años el méndigo de nuevo se reelegía

Entonces Pancho Madero le pone un freno al tirano
Le armó gran revolución con Pancho Villa y Zapata
Porfirio Díaz salió huyendo en un buque como rata
Es verdad los maderistas le dan respiro a la patria

Madero ganó elecciones en una contienda limpia
Un México bien armado que desterró a don Porfirio
Pero Panchito Madero solo quería "ciertos cambios"
¡Nunca le entregó las tierras a los revolucionarios!

Tan ingenuo era Madero que exoneró a porfiristas
Al cruel Victoriano Huerta le confió todo su empeño
Félix Díaz y Victoriano apoyados por Lane Wilson
En embajada de USA fracasaron nuestros sueños

Pero Panchito Madero ya no vio toda esta historia
En una decena trágica murieron sueños de gloria
Los mexicanos quedamos tan jodidos como antaño
En pleno siglo veintiuno nos gobiernan los tiranos

Las elecciones en México son una afrenta al país
Los consejeros del IFE son los empleados del PRI
Nunca respetan los votos y alteran cifras en urnas
Mataron la democracia y a defensores calumnian

Todo el pueblo mexicano siente gran indignación
No respetan un sistema que no les presta atención
Los hombres más poderosos manejan al presidente
Peña Nieto es un farsante y todo el tiempo nos miente

México vive una riña contra el hampa y mal gobierno
Delincuencia organizada y policías en contubernio
Entonces surgen los Grupos llamados Autodefensas
¡Que los están reprimiendo por su valor y decencia!

En Michoacán ha estallado gran movimiento civil
Autodefensas valientes armados con metralletas
Contra tanto criminal que secuestran y extorsionan
Mientras que los polizontes ni trabajan ni razonan

El Ejército y Marina No encarcelan delincuentes
Se codean con criminales fumando yerbas ardientes
Comunitarios de Tixtla frenan el hampa en su tierra
Autodefensas de Ayutla ya no desean otra tregua

En Tixtla ya fue tomado ese Ayuntamiento ruin
Comunitarios con armas ante injusticias sin fin
Llegaron los federales y apresaron a los bravos
¡Es la cuna de Guerrero y tantos héroes bragados!

La comandante Nestóra muy bonita y tan valiente
Por arrestar roba vacas la acusan los delincuentes
Ángel Aguirre Rivero afirma que "alteró las leyes"
¡Mejor aprende mediocre mira qué huevitos tiene!

Profesores de CETEG claman por la educación
Los tiene muy indignados toda reforma al vapor
Son las leyes que alteraron sin pedirles su opinión
¡Por supuesto senadores deben pedirles perdón!

Si algún lector manifiesta que yo estoy exagerando
Vénganse a vivir a México nos encuentra trabajando
Soy un trovador que canta las historias de mi tierra
Recen todos su plegaria ante el clamor de la guerra

La sociedad no soporta tanta injusticia sin nombre
Impunidad y corrupción como cáncer de los hombres
Las grandes revoluciones surgen por estos motivos
Entonces el pueblo se arma al ver a  México herido

Tenemos a gobernantes que no respetan las leyes
Las cambian a su manera tratándonos como bueyes
Un sistema tan perverso no puede ser tolerado
De lo contrario estaremos todo el tiempo pisoteados

Más vale vivir luchando si el pueblo es mayoritario
Gobiernos y delincuentes son grupos minoritarios
Nuestros mejores aliados son el coraje y la astucia
La información de la historia y una estrategia virtuosa

Los tiranos son cobardes testarudos bien canallas
Tarde comprenden errores y que les faltan agallas
Miren a Porfirio Diaz que salió huyendo en un barco
¡Llegó a París bien sudado y con los ojos como arco!

Ya no más temor al PRI que nos engaña y somete
Tv azteca y Televisa nos programan cien retretes
Las leyes son infalibles la carta magna es sagrada
Si siguen moviendo artículos se los lleva la fregada

Los diputados indignos son traidores e ignorantes
Solo levantan el dedo con un cheque bien brillante
Los tres poderes que existen son azotes por doquier
Abortos de un mal gobierno que solo busca joder

Si tú eres un gran patriota debes prestarme atención
Solo anteponiendo el diálogo puede haber evolución
Pero el PRI no lo comprende ni nos deja otro camino
Solo Dios padre contempla cuál será nuestro destino

¡Vamos a tomar las calles todo el pueblo a denunciar!
Para que el mundo se entere y se decidan a auxiliar
No te quedes en tu casa todo el tiempo lamentando
Nunca cambiará el sistema si siempre vives callando

¡Vámonos a formar cuadros y convencer “Adelitas”
!
Benito Juárez nos mira desde un lugar en su cripta
Hidalgo nos guiña el ojo y Pancho Villa nos canta
Zapata exclama con huevos: ¡A defender a la patria
!




lunes, 13 de enero de 2014

EL DÍA QUE ME ACOSTÉ CON MARILYN V


                                               EL DÍA QUE ME ACOSTÉ CON MARILYN







Cap.  V

José de Cádiz




Dormí hasta muy tarde soñando con el beso de Marilyn. Ni siquiera me quité el labial que aún manchaba mis labios. Una tremenda erección, denunciaba que mis deseos hacia la estrella se habían intensificado. Esa criatura era poseedora de un magnetismo animal, capaz de seducir hasta las piedras. Todo en ella destilaba sensualidad.

Si Maryilyn en la pantalla despertaba pasiones, de cerca era un manjar que daban ganas de comérsela a besos. En cierta forma justificaba a quienes se aprovecharon de su condición voluptuosa. La actriz parecía una ninfa hecha para el erotismo.  Sus labios pechos y caderas provocaban un irresistible deseo de estrujarlos. De remontarse con ella hasta las cimas más altas del placer.

Me bañé y rasuré cuidadosamente. Ese mi día descansaba y no tenía que trabajar. Llamé a Fabiola, mi novia, para decirle que ese día no la pasaríamos juntos. Manteníamos una relación de 2 años que tenía una sola finalidad: el sexo. No nos interesaba el matrimonio y teníamos bien claro que nuestros caminos eran libres. Disfrutábamos intensamente cada encuentro; y nos prometimos que si encontrábamos otra pareja sólo tendríamos que sincerarnos.  Seguiríamos nuestro camino sin impedimentos.


Su hermano, German Rentería, era uno de mis compañeros policías que cuidábamos a Marilyn. Casado y con dos niños, pero un mujeriego empedernido. Moreno, alto, le gustaba el baile, las motocicletas, pero más le encantaba llevarse una mujer a la cama. Nos conocimos en la universidad. Ahora trabajando juntos nos apoyábamos mutuamente. Solíamos irnos de parranda y un día me presentó a su hermana con quien simpatizamos de inmediato. 

Como cuñado nuestra camaradería se hizo más solida. Nos invitaba a comer a su casa y conversábamos amigablemente con su esposa. Jamás mencioné sus aventuras amorosas, y a él tampoco le importaba si yo le era fiel a su hermana. Había cierta complicidad en cualquier aventura. 

Cuando nos asignaron al cuidado de Marilyn a Germán no le causó gracia. Tenía la peor opinión de las estrellas de cine, afirmando que eran unas "putas", y que cambiaban de marido como cambiar de calzones. Tan arrogantes y endiosadas que pensaban que el mundo estaba bajo sus pies.--"Seguramente nos va a cargar como su perro, la tal Marilyn", refunfuñó.

Cuando traté a la actriz, le expliqué que era una mujer culta, pero no me creyó. Le dije que tenía problemas sentimentales, y había visitado Acapulco con el fin de despejarse. No le interesó conocerla ni le impresionaba su fama. A Germán le sobraban las mujeres.

Esa mañana me pregunté qué buscaba realmente en una mujer como Marilyn. Las estrellas de cine le pertenecen al público y carecen de vida privada. Yo sólo era un admirador entre millones, y son luminarias asediadas por diferentes hombres. Una actriz célebre no podría fijarse en un hombre sin fortuna como yo.  ¿Para qué hacerme ilusiones si pertenecíamos a mundos tan distintos?

Pero Marilyn, era una mujer, y yo un hombre, y si salíamos a pasear juntos todo podía suceder. Me propuse vivir el presente sin pensar en el futuro. Elegí cuidadosamente una Playera, short, y tenis, la ropa adecuada para veranear. Me llenaba de regocijo ese nuevo encuentro con ella. Me sentía como un colegial a punto de perder su virginidad.

Marilyn había sido la causante de mi despertar sexual desde mi adolescencia. Mis sueños húmedos con ella fueron tan frecuentes. A veces aliviaba mis tensiones con la imaginación que me conducía a paroxismos de placer. Me parecía tan lejana como el lucero que miramos enfrente todas las mañanas. Pero me bastaban sus posters y fotografías que tapizaban mi cuarto. Ver todas sus películas, especialmente: “Nunca fui santa”, y “La comezón del séptimo año”.

Leía con avidez cuántos libros encontraba sobre su vida. Algunos eran simples especulaciones amarillistas pero otros contenían información valiosa y detalles que pocos sabían. Me convertí en un experto en rastrear su vida. Era un fan apasionado dispuesto a recrearme con mi luminaria favorita.

Cuando me contó su vida sólo se me ocurrió consolarla por tantos desengaños. Le habían hecho mucho daño al tratarla como muñeca de placer.  Ella que merecía ser tratada como una orquídea valiosa, como princesa para dar felicidad a quien la poseyera.   Pensé que si lograba tener un encuentro con ella sería de forma extraordinaria. No precipitaría las cosas y me concretaría a tratarla con delicadeza. Quería que viera en mí a un varón capaz de ofrecerle ternura y virilidad.

Sabiendo que era tan infeliz ya no me importaba tanto si se acostaba conmigo o no. Me interesaba, eso sí, que regresara a su mundo con nuevas esperanzas de vida.  Que se percatara que era más valiosa que todos los que le hicieron daño. Pensaba yo, erróneamente, que la vida aún tenía mucho que ofrecerle. Pero el destino traza rutas que los hombres jamás sospechamos.

Llegué puntual al hotel para llevarla de paseo en velero.  La busqué sin resultados . Estaba en el estacionamiento discutiendo con su chofer:

--Hoy no necesitaré sus servicios, puede tomarse el día libre.  Yo lo llamaré más tarde.

--Lo siento, señorita Monroe, pero tengo órdenes de transportarla y protegerla.  ¿Sería tan amable de abordar la limusina?

--¡No me diga! ¿Y de qué me va usted a proteger? Dígales a sus patrones que por mí pueden largarse al diablo. Ya me cansaron tantas "atenciones" de su parte. Vámonos, Joe.

Salimos del hotel y una multitud de admiradores la esperaban en la calle. Era imposible que un figurón pasara desapercibida. La prensa había informado oportunamente su estancia en el puerto.  Repartió docenas de autógrafos pero llegaban otros y tuvo que salir corriendo por la puerta de servicio.  Seguramente acostumbrada a escapes involuntarios.

Abordamos un taxi mientras comentaba divertida:

--¡Si me quedo otro rato llegará la prensa y no sabes cómo se las gastan esos chicos!

 Me percaté que tras esa sonrisa ingenua se ocultaba una mujer con carácter. Eso me agradó y se lo hice saber:

--Enojada te ves más linda. ¿Por qué te contrariaste con tu chofer?

--Es que no es únicamente mi chofer. Actúa como un espía el desdichado y no como un empleado. Desde hoy ya no lo necesitaré más.  Prefiero sentirme libre.

--¿A dónde vamos?

-Al muelle, un yate nos espera para dar un paseo en alta mar. Es propiedad de un amigo y solo estarán el capitán y una cocinera. Traje mi cámara para tomar fotos, dicen que de noche la bahía luce preciosa.

--Sí, es tan hermosa como tú.

Sonrió coqueta y se retocó el peinado.  Se puso su pañoleta y las gafas por el momento no las necesitaría. Qué piel tan tersa y que ojos tan expresivos. Sentí ganas de robarle un beso pero me contuve. No podía echarlo todo a perder con mis impulsos.

El yate era lujoso y decorado con buen gusto. No era muy grande pero sus camarotes lucían impecables. El color plateado les daba un aspecto de nave espacial.  Mullidos sillones, música estereofónica, y un bar con todo tipo de bebidas caras.   Un negro avejentado, quien dijo ser el capitán, se puso a sus órdenes. Le pidió amablemente diera un recorrido por toda la bahía.  La obedeció en el acto.

La nave se deslizó parsimoniosamente en el agua. Después de alejarse lo suficiente pudimos contemplar el espectáculo a plenitud.  La música clásica alternando con el suave movimiento de las olas enmarcaban la perfecta sinfonía. Desde la cubierta contemplamos el escenario como sacado de "Las mil y una noches".  No en vano Acapulco es considerado el puerto más bello del mundo.

No cabía duda, Marilyn poseía un gusto exquisito y una sensibilidad extraordinaria. Estaba acostumbrada a lo excelso y refinado, parecía haber sido educada para ser estrella. No era nada tonta como se decía sino todo lo contrario. Era observadora y sabía catalogar bien a las personas. Se dirigía a los presentes con educación y nunca vi en ella modales vulgares.

Después del recorrido le sugerí visitáramos la isla llamada: “La Roqueta”. Una porción de playas y acantilados con animales en completa libertad.  De noche el lugar queda semi desierto. Un gran faro anunció la llegada del yate. Bajamos y encontramos al célebre "burro de la roqueta". Un asno al que los turistas daban de beber cervezas, estaba completamente ebrio.  Marilyn lo acarició con ternura.

La isla que debió ser refugio de piratas hoy convertida en zona turística muy solicitada. Descendimos del barco para saltar entre las piedras y arena. La actriz retozaba riendo estrepitosamente con los cangrejos que encontrábamos. Exhaustos, nos sentamos en la arena completamente mojados. Las olas golpeaban suavemente nuestros pies.

A distancia la embarcación se mecía cual orgullosa bailarina de ballet.  Norma se dejó invadir nuevamente por la nostalgia:

--¿Sabes, Joe? Con gusto cambiaba mi vida por la tuya. Sencilla y sin complicaciones.  Quisiera ser tan libre como el viento pero es demasiado tarde.

--¿Por qué dices eso? Mi vida no es nada extraordinaria. Es demasiado monótona. Tú lo tienes todo, fama, dinero y el cariño del público.

--Algún día tú poesía la conocerá el mundo. Eres un bardo inspirado que estremece con sus letras. Yo lo tengo todo en apariencia porque me falta lo más sagrado que es el amor.  A nadie le intereso como ser humano. Los Kennedy me monopolizaron desde que los conocí.

--No debes permitir que abusen de ti.


Sonrió con amargura y repuso:

--Ojalá pudiera. Son hombres poderosos que controlan un país. Pueden destruir mi carrera, mi reputación, y hacer lo que quieran conmigo.  Robert, llegaba a mi residencia y no permitía que nadie lo molestara.  Al principio se comportaba como todo un caballero.

--Dices que cuentas con armas eficaces... deberías utilizarlas.

--Te explicaré. Los hombres presumen ser más fuertes de lo que realmente son. Suelen exhibir su miembro y les encanta llevar una mujer a las cimas del orgasmo. Una forma de esconder su inseguridad, esto me lo explicó un psicólogo. John, solía ir a mi casa para confiarme sus problemas. La soledad del poder es terrible y a veces terminaba llorando. Me contó tantas cosas que podría escribir un libro.

--Estoy de acuerdo con tu apreciación. Pero nunca pensé que John Kennedy tuviera esas debilidades.

--Él tiene problemas muy fuertes con su esposa como cualquier hombre casado.  Cuentas pendientes con la mafia, petroleros, y sindicatos. Discrepancias con la CÍA, FBI, y el partido de oposición. Gente que no lo quiere en el poder, personajes importantes que les gustaría verlo caído. Graves dificultades con el capo Sam Giancana, y con Edgar Hoobert, el director del FBI que acostumbra vigilar a todos los presidentes. A John le cuesta diferenciar a los amigos de los lambiscones. Las malas noticias lo abruman tanto que reniega de su estatus.

--Tal vez se da cuenta que el poder hace mucho daño.

--No precisamente, pero lamenta no ser tan intocable.

--Norma. Me gustaría hablar sobre tu infancia.  ¿Es verdad que de niña fuiste abusada en un orfanato?

Tarde comprendí que había sido inoportuno.   Toqué una cuerda muy fina en el alma de la actriz.  Fijó su vista en la arena como avergonzada y musitó débilmente:

--Desgraciadamente, otro pasaje triste de mi vida.   Pero no fue en un hospicio sino en casa de un matrimonio que me adoptó. Esas fueron las intenciones de mi padre putativo. Mejor cambiemos de tema, ¿te parece?

--Perdóname, no fue mi intención lastimarte.

Me percaté que le interesaba hablar de cosas más importantes.  Ese día lo hizo en forma elocuente como si contara sus travesuras de niña o el primer beso de su adolescencia. Por primera vez me habló de sus talentos:

 --Fíjate que tengo fragmentos de mi vida en un diario.  Hago catarsis con la pluma cuando me pongo triste.  Reseño mis alegrías y sinsabores. Mis inicios en el cine y toda mi vida morosa. Lo que les gusta en la cama a los Kennedy.  Ellos piensan eliminar a Fidel Castro como han eliminado a tantos otros. ¡Imagínate lo que ocurriría si doy a conocer mi diario! La pura infidelidad les costaría la carrera.

--¿Has hablado con ellos acerca de esa posibilidad?

--No, nunca. Únicamente les he insinuado que la venganza de una mujer puede ser dulce. Que ya me cansé de ser una marioneta en sus manos. Necesito liberarme de su inmenso poderío.

Marilyn estaba desesperada y eso la colocaba en una situación peligrosa. Convertida en la más rutilante estrella de cine todo lo que decía la prensa lo magnificaba.  Sus conferencias de prensa siempre fueron polémicas.  Me preocupó sobremanera pero traté de no abrumarla con mis aprehensiones. Simplemente le aconsejé:

--Ese diario es una bomba de tiempo.   Nadie debe saber que lo tienes. Por favor no trates de chantajearlos.  Debes ser cauta y no dejarte arrastrar por las emociones.

--Es lo que hago precisamente. Te lo confío porque me inspiras confianza. Mis conocidos pertenecen al medio y no podría confiar en ellos. Aquí nadie nos escucha como puedes ver. Seguramente no ignoras mi público sabe que escribo un diario. Ojalá y esa barca me alejara de cualquier pena. 









EL DÍA QUE ME ACOSTÉ CON MARILYN V


                                               EL DÍA QUE ME ACOSTÉ CON MARILYN







Cap.  V

José de Cádiz




Dormí hasta muy tarde soñando con el beso de Marilyn. Ni siquiera me quité el labial que aún manchaba mis labios. Una tremenda erección denunciaba que mis deseos hacia la estrella se habían intensificado. Esa criatura era poseedora de un magnetismo animal capaz de seducir hasta las piedras. Todo en ella destilaba sensualidad.

Si Maryilyn en la pantalla despertaba pasiones de cerca era un manjar que daban ganas de comérsela a besos. En cierta forma justificaba a quienes se aprovecharon de su condición voluptuosa. La actriz parecía una ninfa hecha para el erotismo.  Sus labios pechos y caderas provocaban un irresistible deseo de estrujarlos, de remontarse con ella hasta las cimas más altas del placer.

Me bañé y rasuré cuidadosamente. Ese día descansaba y no tenía que presentarme a trabajar. Llamé a Fabiola, mi novia, para decirle que ese día no la pasaríamos juntos. Manteníamos una relación de un año que tenía una sola finalidad: el sexo. No nos interesaba el matrimonio y teníamos bien claro que nuestros caminos eran libres. Disfrutábamos intensamente cada encuentro y nos prometimos que si encontrábamos otra pareja solo tendríamos que sincerarnos.  Seguiríamos nuestro camino sin impedimentos.


Si hermano, German Rentería, era uno de mis compañeros policías encargados del cuidado de Marilyn. Casado y con dos niños era un mujeriego empedernido. Moreno, alto, le gustaba el baile, las motocicletas, pero más le encantaba llevarse una mujer a la cama. Nos conocíamos desde la escuela preparatoria. Ahora trabajando juntos nos apoyábamos mutuamente. Solíamos irnos de parranda y un día me presentó a su hermana con quien simpatizamos de inmediato. 

Como hermano de mi novia nuestra camaradería se hizo más estrecha. Nos invitaba a comer a su casa y conversábamos amigablemente con su esposa. Jamás mencioné sus aventuras amorosas y a él tampoco le importaba si yo le ere fiel a su hermana. Había cierta complicidad por nuestra añeja amistad. 

Cuando nos asignaron el cuidado de Marilyn a Germán no le causó gracia. Tenía la peor opinión de las estrellas de cine afirmando que eran unas "putas" y que cambiaban de marido como cambiar de calzones. Tan arrogantes y endiosadas que pensaban que el mundo estaba bajo sus pies. "Seguramente nos va a cargar como su perro la tal Marilyn", refunfuñó.

Cuando conversé con la actriz le expliqué que era una mujer sensible y culta. Que tenía problemas sentimentales y había visitado Acapulco con el fin de despejarse. No me creyó y tampoco le interesó conocerla. A Germán le sobraban las mujeres.

Esa mañana me pregunté que buscaba realmente en una mujer como Marilyn. Las estrellas de cine le pertenecen al público y carecen de vida privada. Yo solo era un admirador entre millones. Una actriz célebre no podría fijarse en un hombre sin fortuna como yo.  ¿Para qué hacerme ilusiones si pertenecíamos a mundos tan distintos?

Pero Marilyn, era una mujer, y yo un hombre, y si salíamos a pasear juntos todo podía suceder. Me propuse vivir el presente sin pensar en el futuro. Elegí cuidadosamente una Playera, short, y tenis, la ropa adecuada para veranear. Me llenaba de regocijo ese nuevo encuentro. Me sentía como colegial a punto de perder su virginidad.

Marilyn había sido la causante de mi despertar sexual desde mi adolescencia. Mis sueños húmedos con ella fueron tan frecuentes. A veces aliviaba mis tensiones con la imaginación que me conducía a paroxismos de placer. Pero me parecía tan lejana como el lucero que miramos enfrente todas las mañanas. Me bastaban sus posters y fotografías que tapizaban mi cuarto y ver todas sus películas; especialmente “Nunca fui santa”, y “La comezón del séptimo año”.

Leía con avidez cuántas revistas encontraba sobre su vida. Algunos reportajes eran simples especulaciones amarillistas pero otros contenían información valiosa y detalles que pocos sabían. Me convertí en un experto en rastrear su vida. Era un fan apasionado dispuesto a recrearme con mi luminaria favorita.

Cuando la tuve enfrente solo se me ocurrió consolarla por tantos desengaños. Le habían hecho demasiado daño al tratarla como muñeca de placer.  Ella que merecía ser tratada como una orquídea valiosa; como una princesa para dar felicidad a quien la poseyera.   Pensé que si lograba tener un encuentro con ella sería de manera extraordinaria. No precipitaría las cosas y me concretaría a tratarla con delicadeza. Quería que viera en mí a un varón capaz de ofrecerle ternura y virilidad.

Cuando supe que era tan infeliz ya no me importaba tanto si se acostaba conmigo o no. Me interesaba, eso sí, reanimarla para que regresara a su mundo con nuevas esperanzas de vida.  Que se percatara que era más valiosa que todos los que le hicieron daño. Pensaba, erróneamente, que la vida aún tenía mucho que ofrecerle. Pero el destino traza rutas que los hombres jamás sospechamos.

Llegué puntual al hotel para llevarla a otro balneario.  La busqué sin resultados . Estaba en el estacionamiento discutiendo con su chofer:

--Hoy no necesitaré sus servicios, puede tomarse el día libre.  Lo llamaré más tarde.

--Lo siento, señora Monroe, pero tengo órdenes de transportarla y protegerla.  ¿Sería tan amable de abordar la limusina?

--¡Cómo así! ¿Y de qué me va usted a proteger? Dígales a sus patrones que por mí pueden largarse al diablo. Ya me cansaron tantas atenciones de su parte. Vámonos, Joe.

Salimos del hotel y una multitud de admiradores la esperaban en la calle. Era imposible que un figurón pasara desapercibida. La prensa había informado oportunamente su estancia en el puerto.  Repartió docenas de autógrafos pero llegaban otros y tuvo que salir corriendo por la puerta de servicio.  Seguramente acostumbrada a escapes involuntarios.

Abordamos un taxi, mientras comentaba divertida:

--¡Si me quedo otro rato llegará la prensa y no sabes cómo se las gastan esos chicos!

 Me percaté que tras esa sonrisa ingenua se ocultaba una mujer de carácter. Eso me agradó y se lo hice saber:

--¿Por qué te contrariaste con tu chofer?

--No es únicamente mi chofer. Actúa como un espía el desdichado y no como un empleado. Desde hoy ya no lo necesitaré más.  Prefiero sentirme libre.

--¿A dónde vamos?

-Al muelle, un yate nos espera para dar un paseo en alta mar. Es propiedad de un amigo y solo estarán el capitán y una cocinera. Traje mi cámara para tomar fotos, dicen que de noche la bahía luce preciosa.

--Sí, es tan hermosa como tú.

Sonrió y se retocó el peinado.  Se puso la pañoleta y las gafas por el momento no las necesitaría. Qué piel tan tersa y que ojos tan expresivos. Sentí ganas de robarle un beso pero me contuve. No podía echarlo todo a perder con mis impulsos.

El yate era lujoso y decorado con buen gusto. No era grande pero sus camarotes lucían impecables. El color plateado les daba un aspecto de nave espacial.  Mullidos sillones, música estereofónica, y un bar con todo tipo de bebidas.   Un negro avejentado, quien dijo ser el capitán, se puso a sus órdenes. Le pidió amablemente diera un recorrido por la bahía de Santa Lucía.  La obedeció en el acto.

La nave se deslizó parsimoniosamente en el agua. Después de alejarse lo suficiente pudimos contemplar el espectáculo a plenitud.  La música clásica alternando con el suave movimiento de las olas enmarcaban la perfecta sinfonía. Desde la cubierta contemplamos el escenario como sacado de "Las mil y una noches".  No en vano Acapulco es considerado el puerto más bello del mundo.

No cabía duda Marilyn poseía un gusto exquisito y una sensibilidad extraordinaria. Estaba acostumbrada a lo excelso y supremo.  De gran refinamiento parecía haber sido educada para ser estrella. No era nada tonta, como se decía, sino todo lo contrario. Era observadora y sabía catalogar bien a las personas. Se dirigía a los presentes con educación y nunca vi en ella modales vulgares.

Después del recorrido le sugerí visitáramos la isla “La Roqueta”. Playas y acantilados con un enorme acuario y animales en completa libertad.  De noche el lugar queda semi desierto. Un gran faro anunció la llegada del yate.

La isla debió ser refugio de piratas y hoy convertida en zona turística muy solicitada. Descendimos del barco para saltar entre las piedras y arena. La actriz retozaba riendo estrepitosamente con los cangrejos que encontrábamos a nuestro paso. Exhaustos, nos sentamos un momento en la playa completamente mojados. Las olas golpeaban suavemente nuestros pies.

A distancia la embarcación se mecía cual orgullosa bailarina de ballet.  Norma se dejó invadir nuevamente por la nostalgia:

--¿Sabes, Joe? Con gusto cambiaba mi vida por la tuya. Sencilla y sin complicaciones.  Quisiera ser tan libre como el viento pero creo que es demasiado tarde.

--¿Por qué dices eso? Mi vida no tiene nada de extraordinario. Es demasiado monótona. Tú lo tienes todo, fama, dinero, y el cariño del público.

--Algún día tú poesía la conocerá el mundo. Eres un bardo que estremece con sus letras. Lo tengo todo en apariencia porque me falta lo más sagrado y valioso que es el amor.  A nadie le intereso como ser humano. Los Kennedy me monopolizaron desde que los conocí.

--No debes permitir que abusen de ti.

--Son hombres poderosos que controlan un país. Pueden destruir mi carrera, mi reputación, mi vida.  Bob, llegaba a mi residencia y no permitía que nadie nos molestara. Mi vida le pertenecía por completo.  Al principio todo era diferente.

--Dices que cuentas con armas poderosas, deberías utilizarlas.

--Te explicaré mejor. Los hombres presumen ser más fuertes de lo que realmente son. Suelen exhibir su miembro y les encanta llevar una mujer a las cimas del orgasmo. Una forma de esconder su inseguridad y esto me lo explicó un psicólogo. John, solía ir a mi casa para confiarme sus problemas. La soledad del poder es terrible. A veces terminaba llorando y yo le servía de consuelo al angelito. Me contó tantas cosas que podría escribir un libro.

--Estoy de acuerdo con tu apreciación. Pero nunca pensé que John Kennedy tuviera esas debilidades.

--Él tiene problemas muy fuertes con su esposa como cualquier hombre casado.  Cuentas pendientes con la mafia, petroleros, y sindicatos. Discrepancias con la CÍA, el FBI, y el partido de oposición. Gente que no lo quiere en el poder, personajes importantes que les gustaría verlo caído. También graves dificultades con el capo Sam Giancana, y Edgar Hoobert, el director del FBI que acostumbra vigilar a todos los presidentes. A John le cuesta diferenciar a los amigos de los lambiscones. Las malas noticias lo abruman tanto que reniega de su estatus.

--Tal vez se percata que el poder hace mucho daño.

--Cuando menos lamenta no ser tan intocable.

--Norma. Me gustaría hablar sobre tu infancia.  ¿Es verdad que de niña fuiste abusada en un orfanato?

Tarde comprendí que había sido inoportuno.   Toqué una cuerda muy fina en el alma de la actriz.  Fijó su vista en la arena como avergonzada y musitó débilmente:

--Desgraciadamente es otro pasaje triste de mi vida.   Pero no fue en un hospicio sino en casa de un matrimonio que me adoptó. Tarde comprendí las intenciones de mi padre adoptivo. Cambiemos de tema, ¿te parece?

--Perdóname, no fue mi intención lastimarte.

Me percaté que a Norma le interesaba hablar de cosas más importantes.  Ese día lo hizo en forma elocuente como si contara sus travesuras de niña o el primer beso de su adolescencia. Por primera vez me habló de sus talentos:

 --Tengo fragmentos de mi vida en un diario.  Hago catarsis con la pluma cuando me pongo triste.  Me desahogo reseñando alegrías y sinsabores. Mis inicios en el cine y toda mi vida morosa. Lo que les gusta y no en la cama a los Kennedy.  Ellos piensan eliminar a Fidel Castro como a tantos otros. ¡Imagínate lo que ocurriría si doy a conocer mi diario! La pura infidelidad les costaría la carrera.

--¿Has hablado con ellos acerca de esa posibilidad?

--Nunca. Únicamente les he insinuado que la venganza de una mujer puede ser dulce. Ya me cansé de ser una marioneta en sus manos. Necesito liberarme para poder ser feliz.

Evidentemente Marilyn estaba desesperada y eso la colocaba en una situación peligrosa. Convertida en la más rutilante estrella de cine todo lo que decía la prensa lo magnificaba.  Sus conferencias de prensa siempre fueron tan polémicas.  Me preocupó sobremanera pero traté de no abrumarla con mis aprehensiones. Simplemente le aconsejé:

--Ese diario es una bomba de tiempo.   Nadie debe saber que lo tienes. Por favor no trates de chantajearlos.  Debes ser cauta y no dejarte arrastrar por las emociones.

--Trataré. Te lo comento porque me inspiras confianza. Todos mis conocidos pertenecen al medio y no podría confiar en ellos. Aquí nadie nos escucha como puedes ver y mi público sabe que escribo un diario. Ojalá y esa barca me alejara de cualquier pena. 









AL CALOR DE TU REGAZO José de Cádiz Abrázame fuertemente como cuando yo era un niño me arrullabas con dulzura y besabas con cariño Luego cua...