viernes, 27 de noviembre de 2015

INSTANTES

                                   
                                 
     ¿Qué harías si pudieras vivir nuevamente la vida?

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Jorge Luis Borges



Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
 
en la próxima trataría de cometer más errores.

 
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.

 
Sería más tonto de lo que he sido,

 
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad. 


Sería menos higiénico.

 
Correría más riesgos,

 
haría más viajes, 


contemplaría más atardeceres,

 
subiría más montañas, nadaría más ríos. 


Iría a más lugares adonde nunca he ido,

 
comería más helados y menos habas,

 
tendría más problemas reales y menos imaginarios.


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Yo fui una de esas personas que vivió sensata

 
y prolíficamente cada minuto de su vida;

 
claro que tuve momentos de alegría.

 
Pero si pudiera volver atrás trataría

 
de tener solamente buenos momentos.







Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, 
sólo de momentos; no te pierdas el ahora. 



Yo era uno de esos que nunca 


iban a ninguna parte sin un termómetro,

 
una bolsa de agua caliente,

 
un paraguas y un paracaídas;

 
si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.







Si pudiera volver a vivir

 
comenzaría a andar descalzo a principios 


de la primavera 


y seguiría descalzo hasta concluir el otoño.

 
Daría más vueltas en calesita,

 
contemplaría más amaneceres,

 
y jugaría con más niños,

 
si tuviera otra vez vida por delante.





 

Pero ya ven, tengo 85 años... 


y sé que me estoy muriendo.






Nota: El poema INSTANTES es atribuido a Jorge Luis Borges, pero se afirma que su autora es una poetisa desconocida norteamericana llamada: Nadine Stair.  Sea quien sea el creador el poema es bellísimo y hondamente reflexivo. Borges era incapaz de un plagio por lo que de ser verdad alguien con la mejor intención se lo atribuyó.  El poema data de 1978, ocho años antes de la muerte de Borges, a los 86 años, por lo que su contenido encaja perfectamente en la vida y ocaso del escritor argentino.






miércoles, 25 de noviembre de 2015

CHARROS INMORTALES II



"Yo te aseguro que yo no fui"









José de Cádiz



Pocos ídolos hay en México tan queridos y respetados como Pedro Infante.  Que se quedan a vivir para siempre en el corazón de su pueblo.  Pedro Infante, es definitivamente una leyenda que se inmortalizó con sus canciones y películas. Poseedor de un carisma y una personalidad sin precedente que lo elevó a la categoría de súper estrella.






Originario de Mazatlán, Sinaloa  (1917-1957).  Su familia se traslada a Guamúchil, donde vivió Pedro su adolescencia trabajando en diferentes oficios incluyendo la carpintería. En Guasave, inicia su carrera como cantante en el grupo "La rabia", y más tarde se presenta por primera vez en una radiodifusora sinaloense: La XEB.  Su novia, María Luisa León, lo motiva a probar suerte en la capital y viajan juntos con una maleta llena de ilusiones.  

El sueño de Pedro era convertirse en un cantante famoso.  La vena artística la traía en la sangre pues su papá y otros miembros de su familia tocaban en una orquesta de ese estado norteño. El talento y la gracia se le desparramaba por todos los poros. Su carácter franco le abrieron las puertas del éxito musical y cinematográfico.

Pero dejemos que sea el ídolo en esta entrevista, "desde el más allá", y con su estilo característico, nos cuente sus experiencias en esta vida:






--Oiga, don Pedro, ¿cuál fue la primer canción que gravó?

--Me primer grabación se llamó "Guajirita", con la RCA Victor, y tuvo un éxito relevante.

--¿Es cierto que trabajó de carpintero en su adolescencia y que su familia era muy pobre?

--Muy cierto, y déjame decirte que también era el oficio del nazareno.  Vengo de una familia muy humilde de 9 hermanos, pero nunca nos faltó el pan gracias a Dios. Mis padres eran honrados y nos inculcaron buenos principios. Mi papá fundó un grupo musical y ahí me inicié como cantante.





--Afirman que de Guamúchil, Sinaloa, se fue a probar suerte a la capital.  Que su esposa María Luisa León, lo acompañó y apoyó en sus inicios como cantante. ¿Por qué la abandonó al llegar al estrellato?

--¡Uuuy huerco! Tocaste una cuerda muy fina.  Me da pena decirlo pero voy a ser sincero contigo. Con María Luisa fuimos muy felices y me casé con ella en la catedral del DF.  No teníamos dinero y desayunábamos cafecito negro con bolillos.  En México trabajé de músico ambulante hasta que gravé mi primer disco.  Entonces todo cambió.  Hice mi primer película: "En un burro tres baturros", y más tarde "La feria de las flores", y me llovieron los contratos. Las mujeres me asediaban y mi vieja pues se encelaba.  Yo me dejaba querer simplemente. Bueno, siempre me gustaron mucho las viejas. Y mi esposa me demandó por bígamo.




--Ud. fue reconocido como un mujeriego empedernido, dicen que se acostaba con todas sus compañeras de reparto.  Coqueteaba con cuanta mujer le arrimaban.  ¿Agarraba Ud. parejo, famosas, anónimas, feas y bonitas?

--¡No hombre! ¡Qué va! Es verdad que me encantaban las mujeres pero simplemente quería acostarme con ellas.  ¿Que lo hacía con todas mis compañeras de reparto?, pues con algunas sí. ¡Pero imagínate!, si yo le hago esa propuesta a doña Libertad Lamarque, que era casada, o a Sarita Montiel,  o a María Félix siendo tan bronca, ¡me mandan a la chingada! Bueno, sí hubo romance con algunas.






--¿Y con la Silvia Pinal, su coestrella en la película "El inocente", hubo acostón o no lo hubo?

--Pues sí lo hubo en Acapulco. Estaba chulísima la Silvia. Además recién divorciada y eramos muy amigos. Hicimos la película en mi casa de Acapulco y después de cada locación nos íbamos a la playa. Yo seré todo lo que tú quieras pero con las mujeres casadas no me meto.

--¿?

--Tengo entendido que nació en Mazatlán, pero más bien creo que era de Culiacán por su fama de conquistador.  Oiga, y con LIlia Prado su compañera de reparto en "Las mujeres de mi general", y "El gavilán pollero", ¿también se la llevó a la cama?

--No, claro que no, y ganas no me faltaron.  Le hice la lucha pero LIlia me marcó el alto diciendo: "Conmigo no se juega, Pedro.  No voy a a ser una cuenta más de tu rosario". Y me mandó a volar cuando se lo insinué, jajaja.  El hombre llega hasta donde la mujer quiere. Tú lo sabes.

--Dicen que en el cine conoció y se enamoró de Irma Dorantes.  ¿Ella fue la última, la penúltima, o que lugar ocupa en su larga lista sentimental?

--Mi chatita es otra cosa, ella sí me pegó con tubo, y nos casamos. Me fui a vivir con ella a Mérida, Yucatán. Pero María Luisa me demandó y anuló la SCJN el matrimonio. La mera verdad yo seguía teniendo mis aventurillas.  Tengo una gran cualidad o debilidad: me gustaba hacer felices a todas las mujeres. Nunca pude decir NO a ninguna.

--Oiga, pero Ud. es bastante cínico, qué dirán sus admiradoras cuando lean esta entrevista.  ¿Sabe que en México aún se le quiere mucho?

--¡Claro que sí! Vi como lloraban en mi sepelio y me siguen llevando flores a la tumba.  Son rete chulas mis admiradoras. Las quiero mucho. Les mando un beso y un fuerte abrazo a - t-o-d-a-s. 

--¿Cuál fue la película que lo catapultó a la fama?

--Empecé de extra en 1939, y luego con la mencionada: "En un burro tres baturros", pero las que me hicieron muy popular fueron: "La feria de las flores", "Un rincón cerca del cielo", "Nosotros los pobres", "El ametralladora", y "Pepe el toro".  Desde entonces las mujeres me adoraban y yo también.

--Me gustaría que habláramos de su divorcio.  El día que murió en aquel trágico accidente, de 1957,  venía de Merida rumbo México requerido por la SCJN.  Ya lo habían sentenciado por bígamo en un pleito legal con María Luisa León.  Ella nunca le concedió el divorcio y la demanda era por intereses compartidos.

--Mira, hay algo de verdad en todo eso.  A María Luisa siempre le di lo que le correspondía y recibía una jugosa pensión.  Lo que pasa es que me quería despojar y dejarme en la calle.  Las mujeres son terribles como enemigas celosas y máxime tratándose de la primer esposa.  ¿Acaso tu mujer no es celosa?

--No, don Pedro, me llevo bien con mi esposa...  Pero sigamos adelante con la entrevista. 

--¿Lupita Torrentera fue su amante o también se casó con ella?

--Fue mi segunda mujer, y tuvimos tres hijos, nos casamos por lo civil nada más.  Si ellas quieren casorio, como decía el general Pancho Villa, ¡pues hay que complacerlas! Ya ves tú que "el centauro del norte" se casó en 23 ocasiones.

--¿Y con Irma Dorantes también se matrimonió?

--A las escondiditas, claro que sí, y solo por lo civil, aunque ella soñaba en casarse conmigo por la iglesia.  ¡Pero hubiera sido un escándalo mayúsculo!  Si ya de por sí María Luisa me tenía bien demandado ante la SCJN.  Pero fuimos muy felices en Mérida, con Irma.

--Dicen que antes de morir en aquel avionazo, del 15 de abril, ya antes se había derrumbado dos veces piloteando aviones.  ¿No le temía a la muerte Ud?

--¡No manito, para nada! Prefiero gozar 10 años que vivir 100 anciano y acabado. ¿Para qué quieres la vida si no puedes acariciar a una mujer? Me accidenté la primera vez en Zitácuaro, y la segunda en Oaxaca.  Por cierto me partí la cabeza y me pusieron una placa de titanio.  ¡Mira, aquí tengo las cicatrices!






--¡Qué bárbaro! Por lo visto Ud. desafiaba a la muerte.  ¿Acaso no le importaban sus fans y familia? ¿No me diga que medía el éxito a través del sexo?  Hay cosas más importantes en la vida, la familia, el prestigio, otros valores.

--Mira,  la vida es corta y hay que vivirla. Para mi el sexo era  mi deporte favorito.  Nunca pude prescindir de el. Lamento decírtelo pero es la verdad.  En mi corto periodo de vida yo gocé e hice feliz a las mujeres.

--En la vida real, ¿cómo era Pedro Infante?

--¡Pero si yo era buena onda huerco! Mira, con decirte que en mi residencia de la carretera México-Toluca, tenía a toda mi familia viviendo a mis costillas.  Mis padres, hermanos, cuñados, tías, y otros zánganos que ahí comían. Me gustaba ayudar y convivir con los más pobres. Quise mucho a mis padres.

--¿Es verdad que tenía un gimnasio donde le encantaba hacer ejercicios?

--Totalmente cierto, me gustaba estar en forma para apantallar a las mujeres, y también a mis compañeros de reparto.  ¿A poco no lucía bien en mis películas?

--No, pues sí, tenía buen físico y además sabía explotarlo.



--¿Ismael Rodrigues fue su padrino cinematográfico?

--¡Por supuesto que sí! El me hizo estrella y un cine especialmente para mi.  Eran películas del pueblo y para el pueblo. "Nosotros los pobres y ustedes los ricos", me consagró en el gusto popular.  Ismael era como mi padre.

--En su sepelio estuvieron todos los actores del cine nacional.  El pueblo se volcó literalmente a las calles y lloraban de pena.  Hubo varios suicidios. ¿Qué significó para Ud. ser un ídolo de masas?

--Muy agradecido estoy con la vida. Pero creo que me lo gané, porque siempre di lo mejor de mi mismo.  En cada canción o película yo pensaba en agradar a mi pueblo.  Agradezco su inmenso cariño y los llevo siempre en mi corazón.


--¿Padecía Pedro Infante alguna manía o depresión? 

--Pos la mera verdad sí. Me deprimí mucho cuando murió mi padre, y también cuando se suicidó Miroslava.  Era mi gran amiga y filmamos juntos "Escuela de vagabundos". No sabes cuánto la sentí.  También cuando se mató en otro avionazo, Blanca Estela Pavón, mi compañera en la película "Ustedes los ricos". Mi manía era rezar cada vez que salía a escena.

--Le quiero hacer una última pregunta.  ¿Si lo regresaran al mundo qué haría nuevamente?

--Volvería a ser cantante y actor, y le cantaría a las mujeres: "Amorcito corazón, yo tengo tentación, de un beso".





--Por lo visto Ud. es incorregible, Pedro. Genio y figura hasta la sepultura. ¿Algún mensaje para sus admiradoras?












--Que me sigan llevando flores a mi tumba, y que sigan escuchando mis canciones, viendo mis películas, etc.  Que no dejen de rezar por mi para que Dios me perdone por lo putañero que fui. Síganme amando mucho porque yo también las adoro. MÚA.

Pedro se despidió de mi con un apretón de manos.   Luego me guiñó un ojo para señalarme un póster de Ninón Sevilla en sus mejores tiempos, que pendía de la pared de su casa.  








martes, 17 de noviembre de 2015

EL DÍA QUE ME ACOSTÉ CON MARILYN










Cap. XIII

"Buscaba ternura y protección pero solo me ofrecieron sexo"


José de Cádiz




El diario de Marilyn era un compendio de anécdotas reveladoras. Había una necesidad de desahogarse contando pormenores de su vida.  La soledad era un impulso y un refugio al mismo tiempo.  Mucha sinceridad y ganas de confesarse con la pluma desnudando sus más secretos pensamientos. No hay doblez ni anhelo de quedar bien con nadie puesto que lo empezó a escribir cuando aún no era conocida. Cuando todavía no conquistaba la fama ni su nombre estaba ligado al escabroso mundo del cine. 


No es un diario como el de Ana Frank quien escribió escondida huyendo del terror nazi. Marilyn, es una joven que se sabe víctima del infortunio.  Su diario le sirve de catarsis y a la vez de compañía. Tiene algo en común con el de Ana Frank: la desolación y desesperanza de un futuro incierto. Parece que las almas atormentadas tienen necesidad de contar su vida para conservar la cordura y equilibrio. A medida que me adentré en sus confesiones no pude evitar la empatía con aquella celebridad.


Los Ángeles, Calif.

21 de febrero, 1942



"Me casé hace dos meses pero me llevé una gran decepción.   A mi marido lo reclutaron en La marina para ir al frente de guerra en Europa.   Ni siquiera hemos disfrutamos plenamente nuestra luna de miel.  Me dejó trabajando en una fábrica de paracaídas y desconozco cuando regresará Jim. Me siento tan desolada en mi hogar. La incertidumbre y temor me atosigan todo el tiempo. Mis suegros viven en otro condado y no tengo con quien platicar.  Mis vecinos apenas me saludan y me miran con desconfianza.  Mañana domingo iré a misa y luego al parque a observar las palomas en el kiosco.  Los transeúntes no me mirarán curiosos porque nadie me conoce. Leeré alguna noticia interesante en el periódico porque quiero tener noticias de mi marido.  No soporto la idea que una bomba me pueda separar de Jim.  





23 de febrero, 1942


Hoy me fui muy triste al trabajo y no tuve apetito en todo el día.  Mis compañeras me invitaron a comer y trataron de reanimarme.  Nunca pensé que la vida en una fábrica fuera tan monótona.  Camino diariamente del trabajo a mi casa sin ninguna esperanza de cambio.  En los aparadores veo ropa y calzado fino pero me es imposible comprarlos con este sueldo. Apenas gano lo suficiente para pagar renta, agua, y luz. Se suponía que mi marido debía enviarme una pensión pero no he recibido nada.  Quisiera buscar un nuevo empleo donde ganará más pero me detengo al pensar en mi marido. Dicen que en los restaurantes se ganan muchas propinas y que los clientes son muy generosos. Pero mi esposo es demasiado celoso y no sé cómo reaccionará con la idea. Mejor me quedo trabajando aquí.



27 de febrero, 1942 

¡Por fin escribió mi esposo! Dice que me extraña y que no le encuentra sentido a esta guerra.  Que lo están entrenando para enviarlo al frente de batalla. Hasta ya sabe usar una metralleta, ¡Dios mío! Era lo que que nos faltaba y él nunca ha usado un arma ni de juguete. Dice que por las noches los soldados se emborrachan pero que él prefiere apartarse y pensar en mí. Le gustaría desertar pero sabe que el gobierno lo buscará y acusarán de traidor.  No tiene alternativa y debe cumplir con el servicio militar obligatorio.  Le dije que tenga paciencia y que pronto volveremos a estar juntos.  En el trabajo no puedo concentrarme pensando en que algo malo le pueda suceder. ¿Por qué los países entrarán en guerra? La sociedad desconoce los motivos de la contienda.  No es justo que manden civiles como carne de cañón. Deberían ir los presidentes por delante y no los ciudadanos que nada entendemos del conflicto.


3 de marzo, 1942


Trato de escribir un poema sin lograrlo. En la escuela solía escribir poesías cuando mi madre me dejaba sola en algún internado.  Una forma de escapar de la soledad y dar suelta a mi imaginación.   Siempre soñé con ser aceptada y querida y no ser un estorbo para nadie.  Nadie me quería por no tener un hogar y tampoco tenía papá. Para todos en el internado era la "recogida".Mi madre nunca mencionó a mi padre al que me hubiera encantado conocer. En el hospicio cada que los niños mencionaban a sus papás me ponía triste. Este día no puedo escribir y no me fluyen las ideas, espero hacerlo mañana. Mejor escribiré le una carta a Jim para decirle cuanto lo amo.  Los diarios hablan de un número indeterminado de muertos en Italia y Alemania. ¿Hasta cuando terminará esta maldita guerra? Hay cientos de hogares destruidos porque perdieron un familiar.


6 de marzo, 1942


Ayer conocí en mi trabajo al fotógrafo de una revista.  Mis compañeras dicen que andan haciendo reportajes sobre esposas que trabajan.  Es una publicación muy conocida de la farándula y dicen que mañana entrevistarán a las obreras.  No sé que cosas interesantes pueda decir una obrera si solo sabe ensamblar tornillos. Andan tomando fotos por todos lados y al interior de las maquinarias. Me gustaría que hablaran sobre los maridos que abandonan a sus esposas para ir a la guerra.  Esta guerra mundial solo vino a desunir nuestras familias.  Ni siquiera piden permiso al ciudadano común para reclutarlo.  Jim, mi pobre Jim, qué será de mí si no regresas.


7 de marzo, 1942


Hoy el fotógrafo se dirigió a mí sonriente y me dijo: "¡Hola señora bonita! ¿cómo te llamas"? Yo bajé la cabeza avergonzada y me preguntó-: ¿Te gustaría posar para una revista? Eres muy hermosa y causarías sensación con esa carita de ángel que tienes. Hasta puedes iniciar una carrera como modelo o actriz, en este medio todo puede suceder.  Te pagaríamos muy bien y las fotos las haríamos en un estudio privado de los Ängeles. ¿Qué dices?  No me contestes ahora, piénsalo bien y la próxima semana espero tu respuesta. Una chica tan linda como tú no debe trabajar en una fábrica ni cargar ese uniforme tan horrible. Le contesté que era casada y que nunca había posado para nadie. Me dijo que no había problema, que él me enseñaría.   Me retiré del lugar y lo dejé hablando solo.








 10 de marzo, 1942



No sé qué hacer pues el fotógrafo insiste en que pose para la revista. Ofreció tratarme con respeto y dijo que me pagaría mil dólares por una sesión; además una suscripción gratis a la revista. La verdad es mucho dinero y tengo algunos gastos que cubrir.  Me serviría para pagar deudas y hasta me sobraría para comprarme otras cosas.  Me gustaría comprarme esos zapatos lindos que vi el otro día.  Y ese vestido rojo que parece de una princesa. El único vestido bonito que he tenido fue cuando me casé por la iglesia toda de blanco. Por primera vez me vi elegante y me miraba a cada rato en el espejo. El fotógrafo dice que el lunes quiere una respuesta.  Creo que estoy en un dilema, ¿qué le diré? Ojalá y ya no regresé.  Este fin de semana no sé qué haré para evitar el aburrimiento.


12 de marzo, 1942



¡La vida da muchas vueltas!  Anoche no pude dormir pensando en el ofrecimiento del fotógrafo. Tal vez no haya nada de malo en posar para una revista porque muchas chicas lo hacen. Lamentablemente soy casada y a mi marido no le gustará seguramente.  ¿Llegará esta revista a los soldados en el frente de batalla? No, no lo creo, los soldados están demasiado ocupados peleando.  Si pudiera pedirle permiso a Jim pero es imposible estando tan lejos. Mañana tengo que darle una respuesta al fotógrafo.  Por un lado está mi marido y por el otro mi necesidad. No tengo ni idea cómo se posa.  Será mejor olvidarme del asunto.



15 de marzo, 1942



Hoy trabajé arduamente y me olvidé de mis problemas. El fotógrafo ya no vino lo cual quiere decir que cambió de opinión. Me siento libre de cualquier tentación. Seguramente consiguió otra chica más guapa y sin tantos prejuicios como yo. Al salir del trabajo me fui a caminar un rato con Clarita curioseando en las tiendas del centro. Vi un vestido verde que me encantó por su bordado. Clarita, me observaba, y me dijo que yo podía tener todos lo que yo quisiera. En su mirada había una mezcla de compasión y reproche. Comprendí que se refería a mi negativa hacia el fotógrafo.  No me importa con tal de conservar el amor de mi esposo. Más adelante tendrá un mejor trabajo y podrá comprarme todo lo que yo quiera.


17 de marzo de 1942


¡No lo puedo creer!, el fotógrafo volvió a la carga y ahora ofrece pagarme dos mil dólares por una sesión de fotos. Una cantidad fabulosa y hasta me regaló el ultimo número de la revista. Qué bonito diseño y portada porque viene una chica realmente preciosa. Por un momento me entusiasmó la idea de poder verme así algún día. La revista trae una serie de reportajes sobre cine, música, e industrias de guerra. Fue muy amable conmigo pero le tuve que decir no nuevamente. Mis compañeras dicen que soy una tonta porque ellas en mi lugar ya habrían aceptado. Dicen que las oportunidades se presentan una sola vez en la vida y tal vez tengan razón. Al salir de la fábrica me fui rápidamente a casa para no pensar más en el asunto.








 17 de marzo, 1942


Hoy iré a comprar una despensa bien surtida porque mi refrigerador está vacío. Que feo es tener que trabajar sin tener tiempo para otras cosas.  Sin poder ir al cine o salir de compras. Jim, volvió a escribirme y dice que todo sigue igual por allá. Que solo hay bombas, muerte y desolación. Que está hospitalizado pero que no es nada de peligro. Tal vez no quiso alarmarme y hasta es posible que esté mal herido. ¡Dios mío! Y yo sin poder hacer nada. Cómo me gustaría poder volar como un pajarito para visitarlo de sorpresa. Quizá no está recibiendo la atención adecuada y requiera una cirugía.  ¿Y qué tal si le amputan una pierna? ¡Oh no por Dios! Mi marido es demasiado joven y tiene toda una vida por delante. Me arrepiento de no haber aceptado el ofrecimiento del fotógrafo. Ese dinero me podría servir ahora.

  

20 de marzo, 1942



Me alegré de ver nuevamente al fotógrafo en la fábrica muy sonriente. Me dijo que el ofrecimiento sigue en pie.  Me preguntó si ya había cambiado de opinión y creo que con una sonrisa le dije todo.  La última vez fui muy cortante con él y pensé que ya no regresaría. Expresó convencido que necesitaban caras nuevas porque las modelos de la revista ya estaban muy repetidas. Es demasiado dinero el que me ofrece por unas fotos, ¿eso ganarán las modelos?.  De todas maneras acepté la propuesta de inmediato. No entiendo nada del oficio pero en la vida todo se aprende. Acordamos que la sesión sería mañana a las 6 PM en un estudio privado de Los Ángeles. Le pedí que por favor lo acompañara su esposa. Tampoco sé si soy fotogénica. En fin, ya veremos.



21 de marzo, 1942



A la salida del trabajo nos fuimos directamente al estudio.  Le puse como condición que no estuviéramos solos. Me arreglé un poco y me dijo: "te ves preciosa".  Me sonrojé y no supe qué contestarle. Nos trasladamos en su auto y escuchamos música durante el trayecto.  Me preguntó si estaba nerviosa y le contesté que no pero la verdad si lo estaba y mucho. ¡Pero al llegar me dijo que las fotos serían sin ropa!  Y que haríamos el trabajo con todo respeto. ¡Dios santo hasta entonces caí en la cuenta que me tenía que desnudar! Tuve ganas de salir corriendo pero él trató de serenarme ofreciéndome un té. Expresó: "aún estás a tiempo de arrepentirte". Guardé silencio porque la verdad necesitaba ese dinero.  El estudio es confortable y solo estaban él, su esposa,  y una asistente. Eso me dio seguridad pero me temblaban las piernas. El matrimonio salió un momento mientras la chica me ordenó quitarme la ropa. Obedecí sin chistar y enseguida empezó la sesión. Tomó cerca de 200 fotos con las poses más atrevidas.  Luego me dio un cheque por 2 mil dólares. Nunca había tenido tanto dinero en mis manos.




23 de marzo, 1942


Me siento sucia y con sentimientos de culpa. Nunca pensé que fuera yo tan impúdica. En el internado las monjitas me enseñaron otros principios. Ojalá y esas fotos no se publiquen nunca. Me aterra la idea que Jim se pueda enterar y no sé cuál será su reacción.  Ahora que si mis suegros se enteran me tomarán por una golfa. Creo que cometí un error al aceptar posar sin tomar en cuenta a mi esposo. El domingo iré a misa y me confesaré con el padre Antony.  Le diré la verdad de lo que sucedió. No le ocultaré nada y él podrá aconsejarme. Aún no he tocado los dos mil dólares que me dieron".



Me detuve brevemente en la lectura.  Cerré el diario un momento pensando en las peripecias de Norma Jean. Quien se había quedado profundamente dormida en el sofá de mi casa.  La contemplé un momento pensando en todo lo que había vivido. Que bonita se veía aún estando dormida. Parece que se había arrepentido de posar desnuda. Lo cierto es que su vida cambió para siempre a partir de ahí.



Continuará 


lunes, 9 de noviembre de 2015

ESCUELA DE PROVERBIOS II





La sabiduría como maestra:


La sabiduría educa a sus hijos y cuida a los que la buscan.  El que la ama, ama la vida, se llenarán de alegría los que madrugan para buscarla.  El que la adquiere herederá la gloria, vaya donde vaya, lo bendecirá el señor.

Los que la sirven, rinden culto al Santo, los que la aman, son amados del señor.  El que la escucha, juzga a las naciones, el que se dedica a ella, vivirá seguro.  Quien confía en ella, la recibirá en herencia, sus descendientes la poseerán por siempre.







Porque al comienzo lo lleva por caminos difíciles, le infunde miedo y temblor, lo purifica con sus disciplina hasta que pueda confiar en él y lo pone a prueba con sus exigencias.  Pero en seguida regresa a él, lo colma de alegría y le descubre sus secretos.  Pero si él se desvía, lo abandona y lo entrega a su propia tumba.






Búsqueda de la sabiduría...


Hijo, busca la instrucción desde tu juventud, y aún siendo viejo tendrás sabiduría.  Cultívala como quien ara y siembra, y espera sus generosos frutos.  Al cultivarla trabajarás un poco, pero pronto saborearás sus productos.





Es tarea ardua para los ignorantes, carga insoportable para el necio; como pesada piedra lo oprime, y no tarda en quitársela de encima.  Pues la sabiduría hace honor a su nombre y no se manifiesta a muchos.





Escucha, hijo, acepta mi parecer, no rechaces mi consejo: mete tus pies en sus cadenas, y tu cuello en su argolla; doblega tu hombro y llévala, no te molesten sus ataduras; acércate a ella con toda tu alma, sigue sus caminos con todas tus fuerzas; sigue su rastro y búscala, ella se te manifestará; una vez que la consigas, no la sueltes.

Porque al fin encontrarás en ella descanso, y se convertirá en tu alegría; sus cadenas serán para ti un estandarte, sus argollas un vestido de gloria; adorno de oro será su yugo, sus ataduras cordones de lino; te la vestirás como túnica de gloria, como corona de honor te la colocarás.





Si quieres, hijo, serás instruido, si eres dócil sabrás desenvolverte; si sabes escuchar aprenderás; si pones atención, te harás sabio.  Frecuenta la compañía de los ancianos; si ves un sabio, júntate a él.  Escucha con gusto toda palabra que viene de Dios, no se te escapen los proverbios inteligentes.





Si ves a un hombre sensato, corre hacia él, que tus pies desgasten el umbral de su puerta.  Medita los mandamientos del señor, estudia sin descanso sus preceptos.  El afianzará tu corazón y te dará la sabiduría tan deseada.







ECLESIÁSTICO: Un buen maestro educa a sus jóvenes discípulos. No instruye solo su inteligencia, pretende también enseñarles a resolver los problemas prácticos que encontrarán a lo largo de su vida.  Su objetivo: que aprendan a ser felices aprovechando las sabias orientaciones de sus mayores.  El libro Eclesiástico constituye el ejemplo más completo de la literatura sapiencial de la Biblia.




AL CALOR DE TU REGAZO José de Cádiz Abrázame fuertemente como cuando yo era un niño me arrullabas con dulzura y besabas con cariño Luego cua...