miércoles, 25 de noviembre de 2015

CHARROS INMORTALES II



"Yo te aseguro que yo no fui"









José de Cádiz



Pocos ídolos hay en México tan queridos y respetados como Pedro Infante.  Que se quedan a vivir para siempre en el corazón de su pueblo.  Pedro Infante, es definitivamente una leyenda que se inmortalizó con sus canciones y películas. Poseedor de un carisma y una personalidad sin precedente que lo elevó a la categoría de súper estrella.






Originario de Mazatlán, Sinaloa  (1917-1957).  Su familia se traslada a Guamúchil, donde vivió Pedro su adolescencia trabajando en diferentes oficios incluyendo la carpintería. En Guasave, inicia su carrera como cantante en el grupo "La rabia", y más tarde se presenta por primera vez en una radiodifusora sinaloense: La XEB.  Su novia, María Luisa León, lo motiva a probar suerte en la capital y viajan juntos con una maleta llena de ilusiones.  

El sueño de Pedro era convertirse en un cantante famoso.  La vena artística la traía en la sangre pues su papá y otros miembros de su familia tocaban en una orquesta de ese estado norteño. El talento y la gracia se le desparramaba por todos los poros. Su carácter franco le abrieron las puertas del éxito musical y cinematográfico.

Pero dejemos que sea el ídolo en esta entrevista, "desde el más allá", y con su estilo característico, nos cuente sus experiencias en esta vida:






--Oiga, don Pedro, ¿cuál fue la primer canción que gravó?

--Me primer grabación se llamó "Guajirita", con la RCA Victor, y tuvo un éxito relevante.

--¿Es cierto que trabajó de carpintero en su adolescencia y que su familia era muy pobre?

--Muy cierto, y déjame decirte que también era el oficio del nazareno.  Vengo de una familia muy humilde de 9 hermanos, pero nunca nos faltó el pan gracias a Dios. Mis padres eran honrados y nos inculcaron buenos principios. Mi papá fundó un grupo musical y ahí me inicié como cantante.





--Afirman que de Guamúchil, Sinaloa, se fue a probar suerte a la capital.  Que su esposa María Luisa León, lo acompañó y apoyó en sus inicios como cantante. ¿Por qué la abandonó al llegar al estrellato?

--¡Uuuy huerco! Tocaste una cuerda muy fina.  Me da pena decirlo pero voy a ser sincero contigo. Con María Luisa fuimos muy felices y me casé con ella en la catedral del DF.  No teníamos dinero y desayunábamos cafecito negro con bolillos.  En México trabajé de músico ambulante hasta que gravé mi primer disco.  Entonces todo cambió.  Hice mi primer película: "En un burro tres baturros", y más tarde "La feria de las flores", y me llovieron los contratos. Las mujeres me asediaban y mi vieja pues se encelaba.  Yo me dejaba querer simplemente. Bueno, siempre me gustaron mucho las viejas. Y mi esposa me demandó por bígamo.




--Ud. fue reconocido como un mujeriego empedernido, dicen que se acostaba con todas sus compañeras de reparto.  Coqueteaba con cuanta mujer le arrimaban.  ¿Agarraba Ud. parejo, famosas, anónimas, feas y bonitas?

--¡No hombre! ¡Qué va! Es verdad que me encantaban las mujeres pero simplemente quería acostarme con ellas.  ¿Que lo hacía con todas mis compañeras de reparto?, pues con algunas sí. ¡Pero imagínate!, si yo le hago esa propuesta a doña Libertad Lamarque, que era casada, o a Sarita Montiel,  o a María Félix siendo tan bronca, ¡me mandan a la chingada! Bueno, sí hubo romance con algunas.






--¿Y con la Silvia Pinal, su coestrella en la película "El inocente", hubo acostón o no lo hubo?

--Pues sí lo hubo en Acapulco. Estaba chulísima la Silvia. Además recién divorciada y eramos muy amigos. Hicimos la película en mi casa de Acapulco y después de cada locación nos íbamos a la playa. Yo seré todo lo que tú quieras pero con las mujeres casadas no me meto.

--¿?

--Tengo entendido que nació en Mazatlán, pero más bien creo que era de Culiacán por su fama de conquistador.  Oiga, y con LIlia Prado su compañera de reparto en "Las mujeres de mi general", y "El gavilán pollero", ¿también se la llevó a la cama?

--No, claro que no, y ganas no me faltaron.  Le hice la lucha pero LIlia me marcó el alto diciendo: "Conmigo no se juega, Pedro.  No voy a a ser una cuenta más de tu rosario". Y me mandó a volar cuando se lo insinué, jajaja.  El hombre llega hasta donde la mujer quiere. Tú lo sabes.

--Dicen que en el cine conoció y se enamoró de Irma Dorantes.  ¿Ella fue la última, la penúltima, o que lugar ocupa en su larga lista sentimental?

--Mi chatita es otra cosa, ella sí me pegó con tubo, y nos casamos. Me fui a vivir con ella a Mérida, Yucatán. Pero María Luisa me demandó y anuló la SCJN el matrimonio. La mera verdad yo seguía teniendo mis aventurillas.  Tengo una gran cualidad o debilidad: me gustaba hacer felices a todas las mujeres. Nunca pude decir NO a ninguna.

--Oiga, pero Ud. es bastante cínico, qué dirán sus admiradoras cuando lean esta entrevista.  ¿Sabe que en México aún se le quiere mucho?

--¡Claro que sí! Vi como lloraban en mi sepelio y me siguen llevando flores a la tumba.  Son rete chulas mis admiradoras. Las quiero mucho. Les mando un beso y un fuerte abrazo a - t-o-d-a-s. 

--¿Cuál fue la película que lo catapultó a la fama?

--Empecé de extra en 1939, y luego con la mencionada: "En un burro tres baturros", pero las que me hicieron muy popular fueron: "La feria de las flores", "Un rincón cerca del cielo", "Nosotros los pobres", "El ametralladora", y "Pepe el toro".  Desde entonces las mujeres me adoraban y yo también.

--Me gustaría que habláramos de su divorcio.  El día que murió en aquel trágico accidente, de 1957,  venía de Merida rumbo México requerido por la SCJN.  Ya lo habían sentenciado por bígamo en un pleito legal con María Luisa León.  Ella nunca le concedió el divorcio y la demanda era por intereses compartidos.

--Mira, hay algo de verdad en todo eso.  A María Luisa siempre le di lo que le correspondía y recibía una jugosa pensión.  Lo que pasa es que me quería despojar y dejarme en la calle.  Las mujeres son terribles como enemigas celosas y máxime tratándose de la primer esposa.  ¿Acaso tu mujer no es celosa?

--No, don Pedro, me llevo bien con mi esposa...  Pero sigamos adelante con la entrevista. 

--¿Lupita Torrentera fue su amante o también se casó con ella?

--Fue mi segunda mujer, y tuvimos tres hijos, nos casamos por lo civil nada más.  Si ellas quieren casorio, como decía el general Pancho Villa, ¡pues hay que complacerlas! Ya ves tú que "el centauro del norte" se casó en 23 ocasiones.

--¿Y con Irma Dorantes también se matrimonió?

--A las escondiditas, claro que sí, y solo por lo civil, aunque ella soñaba en casarse conmigo por la iglesia.  ¡Pero hubiera sido un escándalo mayúsculo!  Si ya de por sí María Luisa me tenía bien demandado ante la SCJN.  Pero fuimos muy felices en Mérida, con Irma.

--Dicen que antes de morir en aquel avionazo, del 15 de abril, ya antes se había derrumbado dos veces piloteando aviones.  ¿No le temía a la muerte Ud?

--¡No manito, para nada! Prefiero gozar 10 años que vivir 100 anciano y acabado. ¿Para qué quieres la vida si no puedes acariciar a una mujer? Me accidenté la primera vez en Zitácuaro, y la segunda en Oaxaca.  Por cierto me partí la cabeza y me pusieron una placa de titanio.  ¡Mira, aquí tengo las cicatrices!






--¡Qué bárbaro! Por lo visto Ud. desafiaba a la muerte.  ¿Acaso no le importaban sus fans y familia? ¿No me diga que medía el éxito a través del sexo?  Hay cosas más importantes en la vida, la familia, el prestigio, otros valores.

--Mira,  la vida es corta y hay que vivirla. Para mi el sexo era  mi deporte favorito.  Nunca pude prescindir de el. Lamento decírtelo pero es la verdad.  En mi corto periodo de vida yo gocé e hice feliz a las mujeres.

--En la vida real, ¿cómo era Pedro Infante?

--¡Pero si yo era buena onda huerco! Mira, con decirte que en mi residencia de la carretera México-Toluca, tenía a toda mi familia viviendo a mis costillas.  Mis padres, hermanos, cuñados, tías, y otros zánganos que ahí comían. Me gustaba ayudar y convivir con los más pobres. Quise mucho a mis padres.

--¿Es verdad que tenía un gimnasio donde le encantaba hacer ejercicios?

--Totalmente cierto, me gustaba estar en forma para apantallar a las mujeres, y también a mis compañeros de reparto.  ¿A poco no lucía bien en mis películas?

--No, pues sí, tenía buen físico y además sabía explotarlo.



--¿Ismael Rodrigues fue su padrino cinematográfico?

--¡Por supuesto que sí! El me hizo estrella y un cine especialmente para mi.  Eran películas del pueblo y para el pueblo. "Nosotros los pobres y ustedes los ricos", me consagró en el gusto popular.  Ismael era como mi padre.

--En su sepelio estuvieron todos los actores del cine nacional.  El pueblo se volcó literalmente a las calles y lloraban de pena.  Hubo varios suicidios. ¿Qué significó para Ud. ser un ídolo de masas?

--Muy agradecido estoy con la vida. Pero creo que me lo gané, porque siempre di lo mejor de mi mismo.  En cada canción o película yo pensaba en agradar a mi pueblo.  Agradezco su inmenso cariño y los llevo siempre en mi corazón.


--¿Padecía Pedro Infante alguna manía o depresión? 

--Pos la mera verdad sí. Me deprimí mucho cuando murió mi padre, y también cuando se suicidó Miroslava.  Era mi gran amiga y filmamos juntos "Escuela de vagabundos". No sabes cuánto la sentí.  También cuando se mató en otro avionazo, Blanca Estela Pavón, mi compañera en la película "Ustedes los ricos". Mi manía era rezar cada vez que salía a escena.

--Le quiero hacer una última pregunta.  ¿Si lo regresaran al mundo qué haría nuevamente?

--Volvería a ser cantante y actor, y le cantaría a las mujeres: "Amorcito corazón, yo tengo tentación, de un beso".





--Por lo visto Ud. es incorregible, Pedro. Genio y figura hasta la sepultura. ¿Algún mensaje para sus admiradoras?












--Que me sigan llevando flores a mi tumba, y que sigan escuchando mis canciones, viendo mis películas, etc.  Que no dejen de rezar por mi para que Dios me perdone por lo putañero que fui. Síganme amando mucho porque yo también las adoro. MÚA.

Pedro se despidió de mi con un apretón de manos.   Luego me guiñó un ojo para señalarme un póster de Ninón Sevilla en sus mejores tiempos, que pendía de la pared de su casa.  








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