lunes, 25 de agosto de 2014

ESPEJISMO DE LA FAMA II


                                                                           






José de Cádiz



Carmina pidió a Liliám que se desnudara y Rosa Elvia tragó saliva. Liliám titubeó un momento, pero la voz imperiosa de Carmina la impulsó a seguir adelante:


-¡Tranquila querida! Esto es así, además solo serán tomas de frente.  Relájate lentamente por favor...


Con toda decisión Liliám se despojó del adminiculo y con gracioso ademán lo lanzó por los aires.   La cámara ejecutada con maestría se daba vuelo tomándole todos sus ángulos. Uno, dos, tres..cinco rollos se terminaban.


En una esquina Rosa Elvia se preguntaba si sería capaz de realizar el trabajo de su amiga que posaba sin prejuicios.  Más aún pensaba que ella debía superarlo. Carmina la volvió a la realidad expresándole:








-Sigues tú niña, pasa al frente  -al tiempo que felicitaba a Lilián diciendo: "¡Tienes talento querida, mucho talento, llegarás muy lejos!".


Rosa Elvia sentía que las piernas le temblaban.  Respiro hondo y se juró a así misma: "Ahora o nunca, la fama tiene su precio y debo pagarlo".


Carmina puso una música instrumental para "relajarla" y le ofreció un vaso de agua.  Ella lo tomó con nerviosismo.  Rosa Elvia se encaminó lentamente hacia el centro del estudio.  En su vida pensó vivir una experiencia semejante. La vida daba muchas vueltas no cabía duda.







En seguida tuvo que aceptar todas las posiciones sugeridas por Carmina, aún las más impúdicas.  Pensaba eso la despojaría de prejuicios.  Con tanga o sin tanga ella triunfaría.  Seguramente eran gajes del oficio de una principiante.


El bello púdico ensortijado la mostraba tal cual era: Una bella adolescente poseedora de un fuerte magnetismo sexual y una imagen de niña ingenua y sensual sin precedente. Se dejo conducir mansamente por Carmina y vinieron las poses y posiciones más audaces y exóticas.


Ninguna de las dos se percató que el fondo del salón una cámara discreta filmaba todos los detalles y ángulos, mientras el camarógrafo con frenesí se masturbaba. Morbosamente la cámara se regodea en el centro de su pubis.



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Continuará 


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