jueves, 31 de marzo de 2016

HITLER NO SE SUICIDÓ EN 1945

              Controvertido y satanizado pero la figura más relevante del siglo XX.

Hitler murió en América con el apellido Kirchner, según una investigación

El periodista argentino Abel Basti así lo asegura en su libro 'Tras los pasos de Hitler'.
Por: EFE


Hitler no se suicidó una vez que la guerra ya estaba perdida, sino que escapó a Argentina y visitó varios países de Suramérica con distintas identidades falsas, entre ellas la de Kurt Bruno Kirchner que utilizó durante su estadía en Paraguay, según un libro del periodista argentino Abel Basti.
"Tras los pasos de Hitler" es la investigación definitiva sobre el exilio postmortem del líder nazi en Argentina y otros países de la región, que Basti publicó en la editorial Planeta y que resume 20 años de arduo trabajo.
El Führer, quien según la historia oficial se quitó la vida con un disparo en la sien, en realidad huyó de una Berlín asediada por el Ejército Rojo y arribó, en submarino, a la patagonia argentina donde vivió en un campo próximo a la ciudad de Bariloche bajo el nombre de Adolf Schütelmayor, afirma el escritor en su último libro.
Basti, que escuchó por primera vez en 1994 que Hitler había llegado a Argentina semanas después de que finalizara la Segunda Guerra Mundial, contó a Efe que al principio no lo creyó "porque tenía en la cabeza la verdad oficial".



"Pero en la medida que me movía en círculos alemanes del sur, y otras partes del país, comencé a ver esa posibilidad. Y la terminé creyendo cuando empecé a entrevistar a testigos que habían estado con Hitler en Argentina", relató el autor.
El periodista, radicado en Bariloche, asegura en su libro que Hitler "no vivió enclaustrado" sino que se trasladaba con total libertad no sólo por el territorio argentino, sino también por países como Brasil, Colombia y Paraguay.
La fuga del jerarca alemán "no hubiera sido posible sin un acuerdo militar entre los nazis y los norteamericanos, que consistía en la salida (de Alemania) de hombres, divisas y tecnología militar para reutilizar todo esto contra el comunismo, a cambio de inmunidad para los nazis y el reciclaje de estos en la estrategia bélica norteamericana", explicó Basti.


Según el escritor, las principales agencias de inteligencia del mundo, como la CIA estadounidense y el MI6 británico, contaban con informes y fotografías que confirmaban la presencia de Hitler en Suramérica después de 1945.
Basti afirmó que "lo que hacían los servicios secretos era reportar su presencia, pero no actuar para una detención" y que "es obvio" que, si hubiesen querido, podrían haber capturado al líder nazi ya que "así lo demuestran los documentos".
Durante los dos primeros mandatos del expresidente argentino Juan Domingo Perón (1946-1955), Hitler vivió en la hacienda San Ramón, a unos 15 kilómetros de Bariloche, a la que llegó en tren desde la costa patagónica.
Numerosos son los testimonios citados en el libro que corroboran la presencia del Führer en la región, al asegurar haber estado junto a él o tener un familiar que tenía una relación cercana con el presidente del Tercer Reich.


Tales son los casos de Eloísa Luján, quien era una de las "catadoras" de la comida que se le servía al nazi para asegurar que esta no estaba envenenada, y de Ángela Soriani, la sobrina de la cocinera de Hitler, Carmen Torrentegui, en el tiempo que éste pasó en la finca sureña.
La presencia del líder alemán en aquel rincón de la Patagonia era un secreto a voces, "no era que todos sabían que estaba Hitler en esa hacienda pero los que sí lo sabían, por alguna circunstancia como ser empleados de la hacienda, minimizaron el tema respecto a la importancia del personaje", comentó Basti.
"Para la gente de campo la guerra prácticamente no existía, no había radio, los diarios llegaban una vez por mes y no cualquiera los leía. Así que sabían que había una guerra pero no tenían la dimensión del conflicto ni tampoco de los personajes en particular", agregó.
Cuando Perón es derrocado en la llamada Revolución Libertadora (1955), el autor sostiene que muchos nazis se van de Argentina hacia países vecinos, principalmente a Paraguay, y también, aunque hay testigos que aseguran haber estado con Hitler después de esa fecha, el mismo Hitler tuvo que migrar al país guaraní, con el seudónimo de Kurt Bruno Kirchner.
En "Tras los pasos de Hitler", se cita un testimonio de un exmilitar brasileño hijo de un alto cargo nazi, quien asegura que el Führer falleció el 5 de febrero de 1971 y está sepultado en una cripta en un antiguo búnker subterráneo nazi en Paraguay, donde en la actualidad se levanta un "moderno y exclusivo hotel".
Basti escribe que la primera semana de cada febrero, el establecimiento hotelero cierra sus puertas para que un grupo exclusivo de nazis pueda honrar a su líder, "el hombre que les cambió la vida, a ellos y a todo el mundo, para siempre". 



martes, 22 de marzo de 2016

Florence Cassez: la secuestradora gala


                           Es tan culpable como Hitler en la matanza de judíos


Pudiera ser el título de un libro sobre la corrupción en México o en Francia. La "inocencia" de Cassez nunca será reconocida en tierra azteca. En los archivos de la PGR obran documentos que prueban que ella era cómplice del secuestrador Israel Vallarta Cisneros: su amante, también lo negó Florence.



Hay algo más grave: los testimonios de los secuestrados que afirman en sus declaraciones que Florence los torturaba física y psicológimente. La identificaron plenamente. Vimos sus videos llenos de rabia e indignación cuando la liberaron. Uno de ellos afirma sentir vergüenza de vivir en un país como México, en donde la ley se vende al mejor postor. Pudo más la influencia de un mandatario galo que un mediocre EPN negociando su liberación. Que conste, Florence ya purgaba una sentencia definitiva, y la SCJN alteró su proceso por ordenes del ejecutivo.



Ahora bien, ¿qué andaba haciendo Cassez fuera de su país coludida con delincuentes? ¿Por qué nunca pudo desmentir a los testigos que la señalaron ante los jueces? Todos los criminales mienten, es parte de su naturaleza viciada. Quien miente una vez miente dos veces. Lo sabe cualquier estudiante de leyes.




Florence Cassez, sabe que es culpable y que sus padres movieron influencias para que saliera libre. Ignora que el peor juez de un ser humano es la conciencia. Es inconcebible que ahora utilice su fama de secuestradora para lograr la trascendencia. Los criminales más malditos son célebres y ella sin duda engrosará ese círculo. Estará a la altura de "Landrú", o de "Jack el destripador".




No fue justo que medios mexicanos como "Proceso", y Carmen Aristegui, le brindarán espacios tan amplios sabiendo que esta tipa era culpable. Si su proceso estuvo plagado de irregularidades (como todos en México), eso no la exime de culpa. Es verdad que Televisa hizo un show durante su captura, pero es innegable que la agarraron con "las manos en la masa". A los mexicanos bien informados no nos engaña. ¿Cuanto dinero recibieron "Proceso" y Carmen Aristegui? ¿De veras se tragaron el cuento de su inocencia?

Nos preguntamos...




¿Por qué la revista "Proceso" nunca entrevistó a las victimas de Cassez? Tampoco Carmen Aristegui. ¿Por qué le siguieron el juego a una vil delincuente cuya intención era limpiar su imagen engañando a la opinión pública? Florence Cassez, buscaba fama y fortuna, y quedar ante la sociedad como una blanca palomita. Aunque ande libre no lo logró porque sus víctimas la acusan en todas partes. No importa cuantos libros escriba. En todos miente.




Ahora se da el lujo de entrevistar a las víctimas de la injusticia en su propio país. Sus libros no se vendieron, como esperaba, y tampoco la han llamado de Hollywood. Sin embargo, es posible que haga largas temporadas en el "Molino rojo", para llevarse carretadas de dinero a sus arcas. Es lo que buscaba Cassez finalmente: el dinero contante y sonante.



sábado, 5 de marzo de 2016

FACTORES DEL ÉXITO LITERARIO

FACTORES DEL ÉXITO LITERARIO





José de Cádiz




En una empresa editorial hace falta capital. El autor necesita dinero para mantenerse y escribir. Un editor también.   Si la buena literatura ayuda, de alguna manera, es justo que el escritor obtenga una remuneración. En la medida que se consagra en el gusto popular es porque el respetable encuentra un valor en su obra.  No es gratuito, que esos lectores, habiendo tanto que leer, se hayan fijado en su libro.


Todo escritor tiene una gran responsabilidad. Aporta sus creaciones poéticas para brindar ayuda a los demás; trátese de un ensayista o el mejor novelista. En la mercadotecnia la utilidad determina el valor de la mercancía. En el mundo editorial el costo del libro debiera ser acorde con lo que ofrece a la sociedad. Lamentablemente no siempre es así. 





Lo primero que debe hacer un autor.

Demostrar que escribe bien y ser rentable para cualquier editor; que puede mover a las masas a través de su literatura. Las editoriales buscan autores que agoten sus libros en las librerías. Es de sabios olfatear qué necesita leer el gran público. Se puede alternar el arte con el gusto popular y el aspecto comercial. Quien tiene la fortuna de escribir un best seller, y debiera ser una primicia, es porque se ha tomado el tiempo de conocer las necesidades del lector. Escudriña la gran apatía hacia la lectura; qué les ofrece un autor y les niega otro. Los emprendedores le llaman estudio de mercado.






Los lectores buscan obras que los inspiren, enseñen, motiven. Por eso los libros de superación personal tienen tanto éxito. Anhelan escapar de una realidad que abruma y prohíbe ser feliz. Escuchar esa voz silenciosa que denuncie una sociedad en decadencia. Lo que ellos quizá no se atreven a expresar por miedo o apatía. Buscan esa novela o ensayo que no se había escrito nunca.  Develar misterios sobre determinados personajes. Una realidad ficticia pero con un fondo de verdad. En suma libros que no lo aburran.

El autor tiene que ser humanista, psicólogo, filósofo. Ser inteligente y con conocimientos que le permitan abordar cualquier tema. Talento, imaginación, y destreza, sus mejores armas para expresarse con arte. Saber cautivar y enganchar al lector. No necesita escribir un arsenal de libros, una sola obra basta para adquirir fama y trascendencia. Hay miles de autores que con un ensayo o novela llegaron a la cima del éxito.





Juan Rulfo, solo escribió 2 obras: "El llano en llamas", y "Pedro Páramo", y es reconocido como un novelista de fama mundial. Octavio Paz, le bastó un ensayo, "El laberinto de la soledad", para darse a conocer internacionalmente. ¿Alguien ignora que el poema más conocido de Jaime Sabines se llama "Los amorosos"? Y que la Poesía "Redondillas", de Sor Juana Inés de la cruz, es catalogada como una obra maestra de la literatura universal. 

José Rubén Romero, publicó "La vida inútil de Pito Pérez" (1937), llevada al cine infinidad de veces, escribió otras novelas, pero la mencionada lo dio a conocer en toda Latino américa. Y lo mismo podemos decir de "Santa", la novela de Federico Gamboa, publicada en 1902, que transformada en una película inauguró el cine sonoro en México. 

La mayoría de los grandes autores son reconocidos y recordados por una sola obra. Gabriel García Márques, escribió muchas novelas, pero fue con "Cien años de Soledad, la que lo lanzó a la fama al convertirse en best seller. Sucedió lo mismo con la novela de Carlos Fuentes, "La región más transparente", obra que lo sacó del anonimato en México. 

La auto edición en la era digital.

¿Es recomendable la auto edición? Por supuesto, en esta era cybernética los autores se proyectan a través de Internet. Si una obra tiene suficientes méritos ya no necesita andar tocando puertas para que la editen. Existe una valiosa herramienta que no tuvieron nuestros antepasados. La red.








Un autor con cualidades, como las de estos señores, comprende las necesidades inmediatas del lector. Conoce su aportación y le interesa la proyección a groso modo. No ignora sus preferencias y es generoso con su tiempo y con su pluma. Actualmente, hay muchísimos autores con talento que encontraron la gran oportunidad en la red. Las editoriales tradicionales ya pasaron a la historia.

Gabriel García Márques, afirmó en una entrevista: "Los escritores son tan explotados como cualquier trabajador". Dijo que jamás vivió de sus libros hasta que publicó "Cien años de soledad". Los mismos ya no serán explotados por editores sin escrúpulos. Trabajan arduamente y merecen vivir de su esfuerzo. Ser escritor es ser un artista y por lo tanto tienen el don de la palabra. Si los autores se valoran los demás harán lo mismo por añadidura. Quebrantar la apatía de los lectores con títulos y temas novedosos. Los buenos artistas no abundan.



En EE.UU, Francia, e Inglaterra, como son países cultos, que leen mucho, un best seller alcanza un tiraje del millón de ejemplares. En América latina, un éxito de librería apenas se editan diez mil ejemplares. ¿A qué se debe el contraste? Bueno, hay diversos factores, algunos ya mencionados. Las editoriales europeas les pagan muy bien a sus autores por concepto de regalías. Un escritor que vende se convierte en una celebridad y cobra un dineral por adelantado. Lamentablemente, en los países subdesarrollados los autores no viven de sus libros. A menos, claro está, que sean premios nobel o súper famosos. Pero el panorama pinta bien y han cambiado las cosas.





AL CALOR DE TU REGAZO José de Cádiz Abrázame fuertemente como cuando yo era un niño me arrullabas con dulzura y besabas con cariño Luego cua...