lunes, 1 de diciembre de 2014

MI PRIMER ORGASMO




José de Cádiz



Sentí que me desvanecía y un sudor caliente recorría mi cuerpo.  Me estremecí y me voltee boca a bajo. Aquel sueño era cada vez más lúcido y las sensaciones más ardientes, desgarradoras y reales.

Quise gritar pero solo un gemido salió de mi boca.  La verdad nunca había experimentado esa sensación tan extraña.  Sentía la vida en un hilo y el resto de las cosas habían perdido importancia.


Sentí aquella vagina estrecha que se plegaba con fuerza a mi pene.  Yo entraba y salía por aquel túnel voluptuoso y caliente jamás descrito. Era como vivir el alfa y omega en un instante.


Hacía días que venía experimentando una extraña sensación en mis tésticulos. Algo estaba madurando ahí, en ese lugar, precisamente.  Como si las compuertas de una presa estuvieran a punto de derrumbarse
.  Mis erecciones eran constantes y por momentos no me daban sosiego.  Después todo volvía a la normalidad.





Noche tras noche un torbellino amenazaba con desatarse.  Una tensión dolorosa y placentera al mismo tiempo.  Como si un volcán estuviera a punto de hacer erupción y la lava ardiente fuera arrasarlo todo a su paso.  Yo tenía 14 años y una educación esmerada y moralista.


Esa noche no pude más y un estremecimiento recorrió cada centímetro de mi cuerpo.  Yo descendía vertiginosamente como en la montaña rusa sin tocar el suelo.  La explosión y el impacto fueron brutales.






Desperté y sentí un líquido espeso y pegajoso que inundaba mis sabanas, mi cama, absolutamente todo. Sabía perfectamente lo que sucedía.  Había tenido mi primera eyaculación.











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