Universidades para ser feliz
Cádiz
Molina
Producimos
cambios físico-químicos.
Según el aprendizaje nuestras glándulas y neuronas cambian. La dopamina y serotonina (hormonas de la felicidad)
las producirían nuestro cerebro como abejas a la miel. Desde hace siglos académicamente tenemos
grandes carencias. En Inglaterra,
Francia, y EE.UU existen facultades de astrología donde se aprende esta
ciencia milenaria. La primera conocida
por el hombre y de la cual derivó la astronomía. Desde los albores de la humanidad todas las
culturas la investigaron. Tampoco hay
escuelas para aprender a ser papás o mamás.
Tendrían gran éxito y los futuros padres educarían bien a sus hijos. Evitarían que tomaran caminos equivocados y disminuiría
la delincuencia juvenil.
Necesitamos
otra dinámica de la enseñanza.
Todos quisiéramos tener éxito en nuestro oficio o profesión. En lo que nos gusta y apasiona. Lo que realizamos con amor sin importar
el sueldo. En mi caso, como literato, leer
y escribir. No hay nadie que no aspire a
ser afortunado. La primera regla es dar
y recibir amor por ley de reciprocidad.
Tener a la pareja ideal. Vivir holgadamente
y sin premuras económicas (no hablo de fortunas). Si careces de metas a corto o mediano plazo nunca
lograrás el éxito. Sin importar que sean
pequeñas debes cumplirlas. Te sentirás satisfecho. Si buscas el camino a la felicidad atrévete a
dar el primer paso.
La ausencia de escuelas con propuestas novedosas.
No hay razones para qué no existan escuelas para encontrar la dicha. Gobernantes y eruditos no le dan la debida
importancia. Los científicos obsesionados
con sus postulados obsoletos no creen en nada que no estudien con los sentidos físicos. La dicha es subjetiva y al igual que las
emociones y la telepatía no se tocan. Nos educaron con prejuicios limitantes en una
sociedad que desconoce otros planos de conciencia. Vivimos en la III dimensión pero ignoramos que
existe la IV y la V. A lo largo de la
historia grandes hombres de ciencia han accedido a ellas: Nicolás Tesla, Albert
Einstein, Tales de Mileto, Nicolás Copérnico, Johanes Kepler, Galileo Galiley,
Isaac Newton por mencionar algunos. Recibían
sus fórmulas inspiradoras durante el sueño
(en cuerpo astral) y seres inefables los asistían. Trabajaban en armonía con el reino humano y la naturaleza. De esa manera se inspiraron artistas
de la talla de: Mozart, Bethoven, Pitágoras, Miguel Ángel, Leonardo de Vinci, Miguel
de Cervantes, Shakespiere. Les encantaba
escalar montañas y emprendían largas caminatas al aire libre.
¿Podemos
aprender desde otras dimensiones?
Desde luego que sí. Quien quiera
puede acceder a la sabiduría de los grandes maestros. En la
universidad propuesta se enseñarían materias especificas y no
únicamente las ya conocidas.
Aprenderíamos con los grandes filósofos cara a cara. Ellos se encuentran en la V dimensión o cuerpo espiritual. Ahí donde están los mayas, olmecas y otras civilizaciones prehistóricas. Lo primero que aprenderíamos sería a cuidar el planeta. Somos parte de un todo en el
macrocosmos. Estos pensadores nos han
aportado interesantes reflexiones. Profetas que nos han mostrado el camino. Los requerimos en esa nueva universidad. Sin
embargo, como niños malcriados, nos resistimos al conocimiento superior. Dicen que la ignorancia es el pecado más grave de la humanidad.
El
alma busca siempre la elevación
En esta o en otras vidas lograremos liberar nuestra conciencia porque es nuestro destino. A eso venimos
al mundo. Nos guste o no. Nacemos con perfecta salud, inteligencia, un
físico extraordinario que es la máquina perfecta. Nada impide nuestro crecimiento interior. Cuando reconozcamos el Cristo Interno (chispa
divina) que todos llevamos dentro seremos candidatos idóneos a la felicidad. Podremos accionar nuestros chacras situados en
el plano etérico. Meditando y orando con música adecuada. La músico terapia es un realidad Despertaremos poderes y
un magnetismo especial. Viviremos una
sexualidad poderosa y trascendente.
Los
escritores hablan de lo que saben.
Escribiendo este libro investigué todo lo referente al tema. Me encontré en Internet abundantes cursos “para encontrar la felicidad”. La Web es un gigantesco mercado donde todos quieren hacer negocios. Ven las redes sociales como una gran oportunidad de hacerse ricos. Muchos llegan a serlo indudablemente y son muy hábiles. No obstante, hay un alto porcentaje de timadores que engañan y explotan incautos. En las redes sociales hay prostíbulos disfrazados de agencias de modelos. Vendedores de autos robados, ropa, calzado usado, drogas, muñecas sexys, música, ninfomanía, homosexualismo, sexo virtual, brujería, chippendales, etc. La Internet es un gran oligopolio y debemos tener cuidado. Comprar ahí es tan riesgoso como adquirir un lote en la Luna. La misma Facebook te tima con una publicidad engañosa. Proliferan las denuncias en su contra en diversos reality shows. Por Ej., Rocío Sánchez Azuara con "La tercera en Discordia". Doctora Ana María Polo en "Caso cerrado".
La felicidad se encuentra en la búsqueda y no en asirla con las manos.
No la encontramos llegando a la
cima del Everest sino en las peripecias del camino. Es la aventura de recorrer montañas de hielo
lo que nos brinda la emoción y
entusiasmo para seguir adelante. ¿Recuerdan la historia del gusanito que se
propuso escalar la montaña más alta? Pues bien,
el gusanito murió en el camino pero llegó a la cima convertido en una
crisálida de la cual surgió una bella mariposa. El invertebrado cumplió su
sueño.
Seminarios
para ser feliz muy caros.
Los
anuncian gratis pero en realidad no lo son. Utilizan una promoción engañosa como gancho. Te dan una leve introducción al tema y
enseguida aparece una ventanita: “el curso cuesta 500 dólares”, por supuesto debes
inscribirte. Obviamente no te garantizan
nada e inviertes tus ahorros o patrimonio. No toman en cuenta que el 75 por ciento de los seres humanos no son ricos. Comprar en dólares o euros es un descalabro económico enorme. Cursos que abordan la
antropología, el desarrollo personal, y la inteligencia emocional. Dividen la felicidad en 4 fases. Resumimos las 7
características para encontrar la dicha:
1.- Aprender a valorar lo que nos rodea y
mostrarnos agradecidos por ello
2.- Centrar nuestra atención en los aspectos
positivos
3.- Disfrutar del aquí y ahora
4.- Enfrentar los problemas con una actitud
positiva y resiliente
5.- Potenciar el autoconocimiento y la inteligencia
emocional
6.- Fortalecer nuestra autoestima y la
confianza en nuestras capacidades
7.- Reajustar nuestras expectativas a las
circunstancias
8.- Aprender a ser tolerantes y liberarnos del pasado
Universidades
conocidas que imparten diplomados para la felicidad.
Harvard, Yale, UC en Berkeley, California, y otras de Europa imparten diplomados para ayudarte a ser feliz. Tienen mucho éxito entre sus alumnos. Solo la universidad de California, los ofrece gratis, con la que llaman: Ciencia de la felicidad. Dedicaremos un capítulo especial. Las otras universidades tienen un presupuesto oficial elevado y sin embargo no son gratuitos. Cobran muy caro sus seminarios. “Time is money”, opinan los anglosajones. ¿Acaso desconocen que el altruismo es la primera regla para encontrar la dicha?, lo afirman Aristóteles y El buda. Es como venderle a un indigente un billete de lotería sin sacarse el premio. Resulta paradójico y contradictorio vender un curso “para encontrar el júbilo”. La idiosincrasia del tema invita a la generosidad. El conocimiento lo recibimos gratis y debemos entregarlo igual. En metafísica hay una máxima que reza: “Si quieres conservarlo tienes que darlo” Lo sabe cualquier estudiante gnóstico o rosacruz.
¿La
felicidad es subjetiva y cada quien la
encuentra a su manera?
Los gobiernos nos dan explicaciones fantasiosas sobre el crecimiento económico y la disminución del desempleo. Debaten en foros que hacen lo necesario para disminuir la contaminación ambiental. Que prohibieron la tala de árboles para evitar el recalentamiento global. El monóxido de carbono de fábricas, aviones y autos ya ha sido reducido. La realidad dice todo lo contrario. En una Universidad para encontrar la dicha lo primero que harían sería despertar conciencias. Defender la verdad. El hombre es el mayor depredador del ecosistema. Estamos a un paso de una III guerra mundial con los países ricos armados con un arsenal nuclear. Misiles capaces de eliminar la tierra en segundos. Solo hace falta un detonante político o económico. Quien posee armas tan poderosas es porque en cierto momento las va a usar. No las tienen como adorno. Mejor aprendamos a bailar. Es mejor vivir el presente y ver el futuro positivamente.
Una preparación académica devaluada
En México hay miles de egresados
con títulos en todas las profesiones. Lamentablemente, también hay licenciados o doctores
trabajando de taxistas o vendedores ambulantes.
Y no porque sean oficios indignos sino todo lo contrario. No obstante, los egresados no tienen las
relaciones ni el presupuesto necesario para montar un despacho o un consultorio. Una plaza de maestros se cotiza en 250
mil pesos. El
gobierno no tiene la capacidad de absorberlos ni darles trabajos. Entonces, ¿para qué sirve estudiar tanto? Las empresas que pueden absorberlos cada día se
mecanizan más eliminando a personal calificado. Es frustrante para cualquier
profesionista tener un título colgado en la pared. El sentido común nos dice que
debemos mirar hacia otro lado. La educación académica actual no te garantiza el
éxito en ningún sentido. Obviamente entre mayor preparación hay mejores oportunidades. El conocimiento superior y la metafísica cobrarán especial relevancia en el nuevo milenio. La ética y moral resurgirán.
Intentan conquistar otros planetas.
Los países del primer mundo gastan millones de euros
financiando viajes a Marte o la Luna en busca de espacio vital. Igualitos que Hitler hace seis décadas. Para esas
naciones “conquistar” significa apropiarse de un planeta que no es suyo
y esclavizar a sus habitantes. Es obvio
que la tecnología extraterrestre es superior a la nuestra. Ellos han llegado a
la tierra y nosotros a ellos no. Viajan
a la velocidad de la luz. Pasan de la III a la IV dimensión y por eso aparecen y desaparecen en el cielo. Nos llevan años luz en evolución científica y
tecnológica. Sucede que los marcianitos desvían los satélites terrestres y luego los astronautas vienen y nos
dicen: “no encontramos nada y solo hay dunas secas”. ¡Por supuesto que hay vida en Marte y otros planetas! Viven en dimensiones superiores y
no los investigaremos con una ciencia ciega. Si queremos comunicarnos con ellos debe ser con los sentidos del alma.
El hombre común no cree en otras dimensiones.
Si quisieran hacernos daño los ET ya lo hubieran hecho. Podemos aprender mucho de estos hermanos con la telepatía. La Era de Acuario
es altruista y con alternativas novedosas. Se vendrán abajo muchos postulados científicos. La ciencia dará un giro de 90 grados. Los avistamientos de ovnis son más
frecuentes. Les urge comunicarse con
nosotros. Existen miles de
contactados terrestres. Otros se los llevaron y decidieron quedarse
a vivir allá. Los extraterrestres
conocen el peligro que representa la energía nuclear. Es una advertencia de amor la que nos hacen. "El que tenga oídos que oiga". "El que tengas ojos que vea".
Muy interesante. Saludos
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