lunes, 6 de septiembre de 2021

¿Mascotas y  otras  especies son dichosas?





Cádiz  Molina


Ley  de  vibración


Bueno, amigos,   hasta  ahora  hemos hablado solo de la  felicidad en los seres  humanos.  He  sido muy  egoísta  al pensar  que solo las personas  tenemos  derecho a vivirla.  Todo vibra, todo  tiene  vida, y  hasta las  piedras poseen  átomos en movimiento. Todo el macrocosmos está íntimamente relacionado con nuestro cuerpo (microcosmos). Electrones y  protones  están en circulación en  toda materia orgánica.  Todas las  especies  vivas poseen  sentimientos y  emociones.  Las aves cantan  al amanecer agradeciendo a Dios por estar  vivas.  Un  perrito es tan cariñoso con su  amo que al verlo brinca  de  contento.  Ni  siquiera las  personas somos tan  efusivas  con quienes amamos. Aunque al perrito  le  des  una  patada vuelve a su  amo tan  cariñoso como siempre. No le guarda rencor. 

Ley  de polaridad



No hay  nada  que  proyecte  la  alegría de  vivir como el cariño.  Si la  vida  nos sonríe se  relejará  en  nuestras  actitudes.  Daremos a  nuestras  mascotas  lo que   necesitan.  Alimentos, cuidados, atención médica.  Vivirán contentas a  nuestro lado.  Si  las  acariciamos  nos  corresponderán  de  igual manera.  Si  tenemos buenas  vibraciones eso mismo recibiremos.  Lamentablemente, existe  la ley  de  los opuestos: los perritos de  la  calle son tan infelices como una  esposa  con  un  marido borracho. Como un presidiario en  un  calabozo.  Come lo que  encuentra y  duerme en  cualquier parte. Todos lo ven  con  desprecio y  nadie lo cura si  está  enfermo.  Se  ven muy  tristes.  Algunas personas caritativas, o defensoras  de  las  especies, suelen  adoptarlas.   La bondad es  la  antítesis de la maldad.

Ley  de  reciprocidad.





Ni  qué decir  de los animalitos encerrados en  una jaula o  zoológico.  Necesitan  mucho espacio y  no pueden  vivir  recluidas.  La mayor vileza  que podamos cometer.   Nos  hacemos  acreedores a un karma terrible.  Todas las especies aman el Sol, el viento, la lluvia.  Sacarlos de su  habitad natural es condenarlos a la  desdicha.  Lo  que   damos  recibiremos.  Periquitos, palomas, monos, elefantes, leones, focas, mariposas no deben estar encerrados.  La libertad es  el mayor don  del reino animal. ¿Te gustaría  vivir  encerrado en  una celda  de tres  por  cuatro? ¿tienes  idea lo se sienten  estos animalitos?, “no hagas a  otros lo  que no quieras que hagan  contigo”.  Buda.

Un coleccionista  de  aves  exóticas tenía cientos de pajaritos enjaulados.  Un  día  leyó un  libro sobre ley del karma y la comprendió en  el acto.  Llevó a todas sus aves encerradas al campo. Les pidió  perdón y las dejó libres.  Arrepentido  por su  acción juró jamás hacerlo.  De esta  manera  pagó su karma ante Dios.  Desgraciadamente, muchas  personas  tienen  periquitos, palomas, o loros enjaulados.  Podemos ver que los  mismos siempre  están estresados o  tristes. Lo reflejan caminando de un  lado para  otro en la  jaula. Los  elefantes lo  expresan de igual manera encadenados  de las  patas.

Y ni  qué decir de  los  toros  de  lidia.  Un  público  sádico se divierte con los toreros (matadores) que  los  asesinan lentamente .  Mientras  el público  grita enardecido ¡olé! ¡olé! al  ver al  toro desvanecerse.  En  el  Coliseo  romano les  echaban los presos a  los leones para  devorarlos. Los  romanos son una  raza cruel.  Crucificaron  al nazareno.  En  la  edad media  las personas  acusadas de  practicar la  hechicería  la “Santa  Inquisición”  las  quemaban  vivas.   A ese  nivel de  infamia  ha llegado nuestra  "civilización".

El  principio  de  causa  y  efecto.

 


 

Un   jardín bien  cuidado crecerán  sus flores tan bellas como la  aurora.  Un  árbol con  suficiente sol y  agua  se desarrolla tan robusto como un gigante. Su crecimiento está en  función del  abono y  cuidados que reciban.  Como la fe en  Dios los árboles frutales deben plantarse en tierra  fértil.  Todo está íntimamente relacionado y de  su bienestar  depende el  tuyo  y el mío.  Purifican el  oxígeno y donde hay  selva  llueve.  Los ríos no se secan.  Los  pájaros con  su  canto contribuyen  al verdor  de  las  montañas. Nadie vive aislado de la  naturaleza.  Somos parte de un  todo.  ¿Por  qué la crueldad  hacia  el ecosistema? Tenemos la consciencia  dormida.   En  cada  átomo  hay  perfección  e inteligencia.  El universo nos devuelve lo que le  damos.  Si  brindamos AMOR lo  recibiremos en  cantidades  industriales.  Nada  queda oculto a los  ojos  de  Dios. 

“Cuida  la  naturaleza  y ella  cuidará de  ti.  Destruye la naturaleza  y  ella misma  te  destruirá”.


Siendo  niño me encantaban los gatos.  Vivía en una finca con  mis abuelos donde había diferentes  especies hoy desaparecidas. Era  feliz  cazando  libélulas  y  mariposas.  En los árboles altos anidaban los periquitos  y  palomas. Los  codornices empollaban bajo los  matorrales.  Me gustaba  agarrarlos pequeños para  criarlos.  Si  bien  los protegía dejaba a  su  madre  llorando.  Era  cariñoso con  ellos.  Pero empezando a emplumar  se me morían. ¿Por  qué? Porque  extrañaban  su medio ambiente y  el mío no era  el suyo.  Creo que mis  poemas reflejan mi  amor  por la flora  y  fauna.  Mi  mentalidad dio un  giro de  90  grados gracias  a  la  lectura.  Ahora jamás  enjaularía un  periquito.  Tengo gatitos  y  perritos en un  gran  patio. Me preocupa la  depredación  de los bosques.  Los incendios forestales me entristecen.  El recalentando del  planeta provoca huracanes, tornados,  erupciones  volcánicas.  Pido al  Creador que las especies no se  extingan.  La  sociedad y  gobernantes deben tomar  consciencia  y  hacer  campañas  de reforestación.  De  esa  manera  salvaríamos  al planeta.  Hasta la selva amazónica fue incendiada.  Funcionarios corruptos permiten la tala despiadada de  bosques.  La  tierra muere  lentamente.  El polo norte se  desintegra aumentando las mareas.  ¿Qué  pensarán  de nosotros las futuras  generaciones? ¿Qué explicación  le daremos a los niños  cuando vean las especies solo en  fotos?  Me gustaría contribuir  al mejoramiento del  ecosistema.  Soy  un  soñador nato y  en  mis  meditaciones diarias  imagino un  mundo más hermoso. 

¿Los perritos, la  especie más cariñosa?



Sin  duda.  Dicen que son  los   mejores amigos.   Cuidan  nuestro hogar y son los  más leales.  Pocas veces  encontramos tanta fidelidad en un  amigo.  Hace 10 años se  me murió un  perrito y lo recuerdo con nostalgia. Lo llevé  al veterinario, me  explicó que  su tiempo de  vida era de 10  años, murió esa misma noche.  Cuando agonizaba lo tomé de las manitas y  expiró.  Anduve deprimido un  mes.  Le  escribí un  poema  llamado: “Mascotita”.  Muchos ya lo habrán  leído.  No quise  que  lo devorarán  los buitres y  lo sepulté en la barda de mi  casa.  Aún está conmigo porque  lo sueño frecuentemente.  Sé  que nos encontraremos en  otra  dimensión.  Los perritos  tienen alma.   

¡Ah si los seres humanos tuviéramos esa capacidad de  amar!  El mundo no andaría  de  cabeza.  Desterraríamos la violencia y soberbia.  No habría  guerras, pestes, conflictos grupales. Tendríamos gobernantes sabios.  Las familias estarían unidas.  Las naciones no tendrían fronteras.  Escogeríamos donde vivir.  De  acuerdo al Génesis bíblico nuestros primeros padres vivían en  un  paraíso.  Desobedecieron  al   Creador y fuimos condenados a  morir.

La mayoría de  las especies expresan un  cariño desmedido a  sus cachorros.  Una leona  defiende a los  suyos hasta  la muerte.  Un  águila sobrevuela  las alturas para  cazar y llevarles alimento  a  sus  polluelos.  Los cocodrilos anidan  sus huevos  y  pobre  de  aquel  que  intente robarlos.  Una  foquita  es  reconocida  por  su  madre aún  entre  miles. Los monos  cargan a sus hijos para trepar  árboles y encontrarles alimento.   Vaya  lecciones que nos  dan las  especies “menos  evolucionadas”.  Se  alegran al  amanecer.  Claro que tienen sus malos  ratos y  pueden reñir por  un  pedazo de  carne.  No guardan  resentimientos.  ¿Por  qué  a  los  humanos nos  cuesta  tanto trabajo perdonar?  La  armonía  interior  es  el primer  paso para  encontrar  la dicha.  Quien  está en paz consigo mismo lo está con el entorno.


La energía  que mueve  al mundo es  el  AMOR


 

Lo necesitamos para nuestra  evolución.  Hemos  venido  al mundo a  servir.  Si  no sabemos  amar de nada  sirve poseer un  patrimonio.  Si  no lo  compartimos nos sentiremos  vacíos.  El amor unifica átomos, sociedades, y galaxias. La  sabiduría comienza con  el temor a Dios y amor al prójimo.  De  poco  sirve que  seas  un intelectual, un  artista famoso, un empresario  millonario, un político poderoso, o la persona más inteligente.  Si no aprendes a  amar  nada bueno harás  en  este mundo.   Perderás  tu tiempo y  lo lamentarás cuando mueras.  No  cumpliste con  el concepto inmaculado que  te asignó la divinidad. Una tarea que  nadie puede  realizar mejor que tú.  Que  elegiste al nacer  aunque no lo recuerdes.  Escogiste a  tus progenitores.  Posees habilidades innatas.  Haz  uso  de  ellas  o te sentirás frustrado.  Si las desconoces  busca la orientación de un  amigo.  ¿Estás  contento con lo que  realizas? ¿Amas  el oficio o trabajas  por necesidad?  El corazón   no se engaña nunca.

 

¿El  conflicto  forma  parte  de nuestra  naturaleza?



Han  pasado diez  mil años y nuestra  civilización aún no ha comprendido el significado de la palabra  AMAR. No  escucha a sus filósofos ni  profetas.  Hay  un mundo caótico y  hemos  retrocedido en  lugar de  avanzar.  Todo  el tiempo hay conflictos  belicos internacionales e individuales.  Odios, codicia, envidia, egoismos familiares, división de fronteras,  abusos  de  poder,  fanatismo religioso, inmigraciones, narcotráfico,  delincuencia organizada.  Las guerras nunca cesan.  Las  religiones defienden  su fe  con  bombas nucleares.  ¿Acaso ignoran  que todos somos hijos de  un  mismo Padre? Defienden  sus territorios en nombre de Dios.  Israelitas y musulmanes son el vivo  ejemplo.  ¿Cómo  pueden  llamarse pueblos elegidos? El  talmud,  El Corán, y La  biblia, recomiendan tolerancia  y prudencia.    ¿Cómo pueden afirmar que respetan a Dios?  Matando  niños, mujeres y  ancianos.  Ganándose  el  rechazo  de la  comunidad internacional.

El hombre es  necio por  naturaleza

 Al parecer llevamos  la  semilla del mal en  la  sangre.    A  Jesús  de Nazaret lo  crucificamos por enseñarnos  el camino.  Afortunadamente, llevamos la chispa divina en  el corazón.  Optamos por mentir, robar, drogarnos, alcoholizarnos, en  lugar  de ser equilibrados.  Nos  regocijamos con los  vicios y rechazamos la espiritualidad.   Nos  invade una  sensación de  soledad.  En  realidad nadie está  solo.  Estamos  con  nosotros mismos.  Los medios digitales nos incitan  a  refugiarnos en redes.  Amores  y  amistades  virtuales son  un  espejismo.  Necesitamos interactuar con  los demás.  Nadie está solo si  cree  en  Dios;  si tiene un  libro,  un  perro, un  diario.  Nuestro maestro  interno  nos guía por  el camino ascendente.   Sirviendo al prójimo tenemos más  probabilidades  de  ser  afortunados.  He aquí  una pléyade de  hombres  y  mujeres que nos dejaron  un  legado.  Ayudaron  a  la  humanidad y  trascendieron.




Los  iluminados nos sugieren amar y  perdonar.  La concordia debe  prevalecer antes  que  nada.  Mientras  al hombre  lo domine la  soberbia no encontrará encanto y  gozo.  Debemos reconocer que somos una entidad  tripartita.  Cuerpo, alma, y  espíritu.  Necesitamos la  soledad para meditar y saber  quiénes  somos.  No es la primera ves que estamos en  el mundo.  Con  frecuencia reconocemos almas  que  encontramos  en el  camino.  Debemos trabajar unidos:  reino  celestial,  humano,  y naturaleza.  La ciencia  y la religión  no pueden  estar divididas.  Antiguamente ciencia, arte, filosofía, y misticismo marchaban  de  la mano.  Llegaron los  pensadores  ateos y  la  ciencia  se apartó  de  la  fe.  Todos sabemos que de  la  astrología  nace  la  astronomía.  La  química  de  la  alquimia.  Las matemáticas  de  la  numerología.  

La naturaleza es  sabia y  nos  da lecciones.



Dice  la  Biblia: “¿Acaso las  aves se  preocupan  por  lo  que  comerán  mañana?”  No sienten  envidia ni viven peleando. Aman el viento, el Sol, la  lluvia, y no se preocupan  por  el futuro ni  el pasado. Viven al  día contentas  con  lo  que  comen.  Disfrutan su libertad.  Las hormigas y  abejas nos dan  lecciones valiosas: trabajan  unidas, guardan  provisiones, comparten sus  alimentos.  Instintivamente conocen el mal tiempo.  Los  humanos teniendo  inteligencia  y los 5 sentidos nos perdemos  con  facilidad.  Podemos hablar, cantar, amar, y bailar. Sin  embargo, algo nos falta  para  ser felices.  ¿Qué te  falta a ti  en  lo personal? Te  lo dejo de  tarea.

Criminales perdidos en la codicia.


¿Un hombre que asesina y vende  drogas  vivirá en paz?  ¿Un mujeriego, borracho, desobligado, que  no respeta a su familia estará contento? Ni  qué decir  de  un  empresario explotador  que  se enriquece con  el trabajo ajeno.  La dicha  tiene mucho que  ver con nuestros códigos éticos y  morales.  Entre  más valores  tengamos  más valiosa nuestra  existencia.  Pablo Emilio  Escobar Gaviria, el famoso capo colombiano.  Poseía flotas  de  yates,  aviones,  un  zoológico, residencias, y construyó su  propia  cárcel.  Bombardeaba  edificios,  aviones con  pasajeros, cámaras  de diputados, senadores.  Despedazaba a sus  enemigos y  mataba  gente  inocente.  Murió acorralado como una  fiera sobre  un  tejado.  Era  joven, bien  parecido, pero  la ambición  lo  cegó.



En EE.UU, Al  Capone azoló el Chicago de los  años  veintes.   Traficaba con  vinos  y  drogas.  Era  tan ambicioso como despiadado.  Eliminó a  todos sus  oponentes de la mafia siciliana.  Finalmente fue encarcelado  y murió de  sífilis en la prisión.  En  México, el chapo  Guzmán  tiene 65  años y  toda  su  vida  anduvo huyendo.  Escapó  de  la  prisión  dos  veces.  Teniendo las  mayores  riquezas  no  era  dueño  de  su  vida.  Fue  encarcelado por la DEA y  deportado a  EE.UU.  En  la  cárcel, y como  terapia para  no  enloquecer, lee  la  Biblia.  Sus  hijos heredaron el negocio  de la heroina.  Tomaron  su  ejemplo.   ¿Cuánto tiempo vivirán disfrutando un  dinero manchado de  sangre?  ¿La perversidad se hereda?

Venimos  al mundo a disfrutar la  vida.



El  Sol nos proporciona  una lección diaria: nace,  alumbra a  todos, y  se  oculta  al anochecer.  Vuelve a  nacer, aves y montañas se iluminan. No  muere como pueda pensarse.  Ni se  apagan las estrellas  en el firmamento.  La  luna influye en el agua, las emociones,  y el carácter.  El alma  sigue  el mismo proceso  evolutivo que  el Sol.  Nace, cumple su misión,  se va y  vuelve a la  tierra.  El cuerpo se concibe, crece, se reproduce  y  muere.  Alma y  espíritu son  inmortales.  El  físico  solo cambia  de  envoltura. ¿Por  qué a los humanos nos domina la maldad? Nuestros  defectos nos impiden  ser felices.  Nos hemos  alejado del Creador.  Corrige la  causa y  corregirás  el efecto. No  nos percatamos del  enorme daño que nos  causan los egos.

El sublime y perenne reino celestial.



No vivimos al azar.  Todos  traemos  un ángel guardián al nacer. Ángeles  y  arcángeles nos  acompañan al invocarlos.  También  existen  entidades  tenebrosas.  Hombres y  mujeres que nacen  para  hacer  el  mal.  Cuando nos  acercamos a Dios nos  regeneramos.  Al  orar nuestras células y  neuronas cambian.  El  aura  se ilumina.  Nuestro cerebro transforma los pensamientos  equivocados.  Nos  sentimos  regocijados.  No importa si tenemos mucho  o poco.  Poseemos  lo más valioso: la  vida.  ¿Qué  más  podemos  pedir? Ahora que si  tenemos  amor somos  ricos. Me  refiero al cariño de una  madre  por  su  hijo.   Al  que beneficia  a  la  persona  amada.  Un cariño  exento de egoísmo  y afán  posesivo.  Que respeta la  libertad  de su  pareja.  El amor verdadero  no ata  ni  lastima.  Se gana o  se pierde.

¿Por  qué la indiferencia  hacia el ecosistema



Nos hemos vuelto insensibles.  No nos  conmueve un  amanecer. Ni nos interesa contemplar el  firmamento.  Ni  la  lluvia, ni  un  arcoíris.  ¿Ignoramos  que  allá se encuentra  nuestro origen?  No  nos enternece  la sonrisa  de un  niño.  Ni el cariño  de nuestros  padres. Somos tan burdos  como caníbales.  La ira y  la lujuria nos atrapan.  Envidiamos a los demás y  la  pereza y  gula nos  dominan.  Si tenemos  una  casa  queremos  dos.  Si  poseemos un  auto deseamos una  colección. Cada  quien  tiene  lo  que  merece, no  lo olvides. 

Necesitamos tan  poquito para  vivir: alimento,  agua, y  un  techo.  No codiciemos lo superfluo.  La  tecnología  nos hace  dependientes e impulsa  el consumismo. Durante siglos  no  hubo  refrigerador, Tv, luz  eléctrica,  móvil, horno de microondas, autos, aviones, ni trenes. ¿Podemos decir  que  esas  generaciones eran infelices?  ¡Claro  que  no  porque la dicha  existe  sin los elementos  externos!  Brota  de nuestra  esencia. Del bien  que  hagamos.  ¿Cuánto cuesta encontrar  la  dicha? Pregúntenle a  Gandhi,  Albert Einstein, Leonardo de  Vinci, Pitágoras,  Jesucristo, El buda, Dalai lama, Moisés, Salomón, Confucio, David, o la madre  Teresa  de  Calcuta.  Ellos disfrutaron  la existencia  con  su  compasión infinita.  Y  lo mejor, se encuentran  en  el limbo.


11 Cap. del  libro,  "Te  regalo 100  gramos de  felicidad".


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