¿Mascotas
y otras
especies son dichosas?
Cádiz Molina
Ley
de vibración
Bueno, amigos, hasta
ahora hemos hablado solo de
la felicidad en los seres humanos.
He sido muy egoísta al pensar que solo las
personas tenemos derecho a vivirla. Todo vibra, todo tiene
vida, y hasta las piedras poseen átomos en movimiento. Todo el macrocosmos
está íntimamente relacionado con nuestro cuerpo (microcosmos). Electrones
y protones están en circulación en toda materia orgánica. Todas
las especies vivas poseen
sentimientos y emociones. Las aves cantan al amanecer agradeciendo a Dios por estar vivas. Un
perrito es tan cariñoso con su
amo que al verlo brinca de contento.
Ni siquiera las personas somos tan efusivas
con quienes amamos. Aunque al
perrito le des una patada vuelve a su amo tan cariñoso como siempre. No le guarda rencor.
Ley de polaridad
No hay nada
que proyecte la
alegría de vivir como el
cariño. Si la vida
nos sonríe se relejará en
nuestras actitudes. Daremos
a nuestras mascotas
lo que necesitan. Alimentos, cuidados, atención médica. Vivirán contentas a nuestro lado.
Si las acariciamos
nos corresponderán de
igual manera. Si tenemos buenas vibraciones eso mismo
recibiremos. Lamentablemente, existe la ley
de los opuestos: los perritos de la calle son tan infelices como una esposa
con un marido borracho. Como un presidiario en un
calabozo. Come lo que encuentra y
duerme en cualquier parte. Todos
lo ven con desprecio y
nadie lo cura si está enfermo. Se ven muy tristes. Algunas personas
caritativas, o defensoras de las
especies, suelen adoptarlas.
La bondad es la antítesis de la maldad.
Ley de
reciprocidad.
Ni qué decir de los animalitos encerrados en una jaula o zoológico. Necesitan mucho espacio y no pueden vivir recluidas. La mayor vileza que podamos cometer. Nos hacemos acreedores a un karma terrible. Todas las especies aman el Sol, el viento, la lluvia. Sacarlos de su habitad natural es condenarlos a la desdicha. Lo que damos recibiremos. Periquitos, palomas, monos, elefantes, leones, focas, mariposas no deben estar encerrados. La libertad es el mayor don del reino animal. ¿Te gustaría vivir encerrado en una celda de tres por cuatro? ¿tienes idea lo se sienten estos animalitos?, “no hagas a otros lo que no quieras que hagan contigo”. Buda.
Un
coleccionista de aves
exóticas tenía cientos de pajaritos
enjaulados. Un día
leyó un libro sobre ley del karma
y la comprendió en el acto. Llevó a todas sus aves encerradas al campo. Les
pidió perdón y las dejó libres. Arrepentido
por su acción juró jamás hacerlo. De esta
manera pagó su karma ante Dios. Desgraciadamente, muchas personas tienen
periquitos, palomas, o loros enjaulados.
Podemos ver que los mismos siempre
están estresados o tristes. Lo reflejan caminando de un lado
para otro en la jaula. Los elefantes lo
expresan de igual manera encadenados
de las patas.
Y ni qué decir de los
toros de lidia.
Un público sádico se divierte con los toreros (matadores) que los asesinan lentamente .
Mientras el público grita enardecido ¡olé! ¡olé! al
ver al toro desvanecerse. En el Coliseo
romano les echaban los presos a los leones para devorarlos. Los romanos son una raza cruel. Crucificaron al nazareno. En la edad media las personas acusadas de practicar la
hechicería la “Santa Inquisición”
las quemaban vivas.
A ese nivel de infamia ha llegado nuestra "civilización".
El principio de causa y efecto.
Un jardín bien
cuidado crecerán sus flores tan
bellas como la aurora. Un
árbol con suficiente sol y agua se desarrolla tan robusto como un gigante. Su crecimiento está en función del abono y cuidados que reciban. Como la fe en Dios los árboles frutales deben plantarse en tierra fértil. Todo está íntimamente relacionado y de su bienestar
depende el tuyo y el mío.
Purifican el oxígeno y donde
hay selva llueve. Los ríos no se secan. Los
pájaros con su canto contribuyen al verdor
de las montañas. Nadie vive aislado de la naturaleza.
Somos parte de un todo. ¿Por qué la crueldad hacia el ecosistema? Tenemos la consciencia dormida.
En cada
átomo hay perfección
e inteligencia. El universo nos devuelve
lo que le damos. Si brindamos AMOR lo
recibiremos en cantidades industriales. Nada
queda oculto a los ojos de
Dios.
“Cuida
la naturaleza y ella
cuidará de ti. Destruye la naturaleza y ella
misma te
destruirá”.
Siendo niño me encantaban los gatos. Vivía en una finca con mis abuelos donde había diferentes especies hoy desaparecidas. Era feliz cazando libélulas y mariposas. En los árboles altos anidaban los periquitos y palomas. Los codornices empollaban bajo los matorrales. Me gustaba agarrarlos pequeños para criarlos. Si bien los protegía dejaba a su madre llorando. Era cariñoso con ellos. Pero empezando a emplumar se me morían. ¿Por qué? Porque extrañaban su medio ambiente y el mío no era el suyo. Creo que mis poemas reflejan mi amor por la flora y fauna. Mi mentalidad dio un giro de 90 grados gracias a la lectura. Ahora jamás enjaularía un periquito. Tengo gatitos y perritos en un gran patio. Me preocupa la depredación de los bosques. Los incendios forestales me entristecen. El recalentando del planeta provoca huracanes, tornados, erupciones volcánicas. Pido al Creador que las especies no se extingan. La sociedad y gobernantes deben tomar consciencia y hacer campañas de reforestación. De esa manera salvaríamos al planeta. Hasta la selva amazónica fue incendiada. Funcionarios corruptos permiten la tala despiadada de bosques. La tierra muere lentamente. El polo norte se desintegra aumentando las mareas. ¿Qué pensarán de nosotros las futuras generaciones? ¿Qué explicación le daremos a los niños cuando vean las especies solo en fotos? Me gustaría contribuir al mejoramiento del ecosistema. Soy un soñador nato y en mis meditaciones diarias imagino un mundo más hermoso.
¿Los perritos,
la especie más cariñosa?
Sin duda.
Dicen que son los mejores amigos. Cuidan
nuestro hogar y son los más
leales. Pocas veces encontramos tanta fidelidad en un amigo.
Hace 10 años se me murió un
perrito y lo recuerdo con nostalgia. Lo llevé al veterinario, me explicó que
su tiempo de vida era de 10 años, murió esa misma noche. Cuando agonizaba lo tomé de las manitas y expiró.
Anduve deprimido un mes. Le
escribí un poema llamado:
“Mascotita”. Muchos ya lo habrán leído.
No quise que lo devorarán
los buitres y lo sepulté en la barda de mi casa. Aún está conmigo porque lo sueño frecuentemente. Sé que nos encontraremos en otra
dimensión. Los perritos tienen alma.
¡Ah si los seres humanos tuviéramos esa capacidad
de amar!
El mundo no andaría de cabeza.
Desterraríamos la violencia y soberbia.
No habría guerras, pestes,
conflictos grupales. Tendríamos gobernantes sabios.
Las familias estarían unidas. Las
naciones no tendrían fronteras.
Escogeríamos donde vivir. De acuerdo al Génesis bíblico nuestros primeros
padres vivían en un paraíso.
Desobedecieron al Creador y fuimos condenados a
morir.
La mayoría de las especies expresan un cariño desmedido a sus cachorros. Una leona
defiende a los suyos hasta la muerte.
Un águila sobrevuela las alturas para cazar y llevarles alimento a
sus polluelos. Los cocodrilos anidan sus huevos
y pobre de
aquel que intente robarlos. Una
foquita es reconocida
por su madre aún
entre miles. Los monos cargan a sus hijos para trepar árboles y encontrarles alimento. Vaya lecciones que nos dan las especies “menos evolucionadas”. Se
alegran al amanecer. Claro que tienen sus malos ratos y
pueden reñir por un pedazo de
carne. No guardan resentimientos. ¿Por
qué a los
humanos nos cuesta tanto trabajo perdonar? La armonía interior
es el primer paso para
encontrar la dicha. Quien está en paz consigo mismo lo está con el entorno.
La energía que mueve al mundo es el AMOR
Lo necesitamos para
nuestra evolución.
Hemos venido al mundo a
servir. Si no sabemos amar de nada sirve poseer un patrimonio.
Si no lo compartimos nos sentiremos vacíos.
El amor unifica átomos, sociedades, y galaxias. La sabiduría comienza con el temor a Dios y amor al prójimo. De poco sirve que seas un intelectual, un artista famoso, un empresario millonario, un político poderoso, o la
persona más inteligente. Si no aprendes a amar nada bueno harás en
este mundo. Perderás tu tiempo y
lo lamentarás cuando mueras. No cumpliste con
el concepto inmaculado que te asignó la divinidad. Una tarea que
nadie puede realizar mejor que
tú. Que elegiste al nacer aunque no lo recuerdes. Escogiste a
tus progenitores. Posees
habilidades innatas. Haz uso de
ellas
o te sentirás frustrado. Si las desconoces busca la orientación de un amigo. ¿Estás
contento con lo que realizas? ¿Amas el oficio o trabajas por necesidad? El corazón no se engaña nunca.
¿El
conflicto forma parte
de nuestra naturaleza?
Han pasado diez mil años y nuestra civilización aún no ha comprendido el significado de la palabra AMAR. No escucha a sus filósofos ni profetas. Hay un mundo caótico y hemos retrocedido en lugar de avanzar. Todo el tiempo hay conflictos belicos internacionales e individuales. Odios, codicia, envidia, egoismos familiares, división de fronteras, abusos de poder, fanatismo religioso, inmigraciones, narcotráfico, delincuencia organizada. Las guerras nunca cesan. Las religiones defienden su fe con bombas nucleares. ¿Acaso ignoran que todos somos hijos de un mismo Padre? Defienden sus territorios en nombre de Dios. Israelitas y musulmanes son el vivo ejemplo. ¿Cómo pueden llamarse pueblos elegidos? El talmud, El Corán, y La biblia, recomiendan tolerancia y prudencia. ¿Cómo pueden afirmar que respetan a Dios? Matando niños, mujeres y ancianos. Ganándose el rechazo de la comunidad internacional.
El hombre es necio por naturaleza
Al parecer llevamos la semilla del mal en la sangre. A Jesús de Nazaret lo crucificamos por enseñarnos el camino. Afortunadamente, llevamos la chispa divina en el corazón. Optamos por mentir, robar, drogarnos, alcoholizarnos, en lugar de ser equilibrados. Nos regocijamos con los vicios y rechazamos la espiritualidad. Nos invade una sensación de soledad. En realidad nadie está solo. Estamos con nosotros mismos. Los medios digitales nos incitan a refugiarnos en redes. Amores y amistades virtuales son un espejismo. Necesitamos interactuar con los demás. Nadie está solo si cree en Dios; si tiene un libro, un perro, un diario. Nuestro maestro interno nos guía por el camino ascendente. Sirviendo al prójimo tenemos más probabilidades de ser afortunados. He aquí una pléyade de hombres y mujeres que nos dejaron un legado. Ayudaron a la humanidad y trascendieron.
Los iluminados nos sugieren amar y perdonar. La concordia debe prevalecer antes que nada. Mientras
al hombre lo domine la soberbia no encontrará encanto y gozo. Debemos reconocer que somos una entidad tripartita.
Cuerpo, alma, y espíritu. Necesitamos la soledad para meditar y saber quiénes somos. No es la primera ves que estamos en el mundo. Con frecuencia reconocemos almas que encontramos en el camino. Debemos trabajar unidos: reino celestial, humano, y naturaleza. La ciencia
y la religión no pueden estar divididas. Antiguamente ciencia, arte, filosofía, y misticismo marchaban de la
mano. Llegaron los pensadores
ateos y la ciencia
se apartó de la
fe. Todos sabemos que de la
astrología nace la astronomía. La
química de la
alquimia. Las matemáticas de
la numerología.
La naturaleza es sabia y
nos da lecciones.
Dice la
Biblia: “¿Acaso las aves se preocupan
por lo que
comerán mañana?” No sienten
envidia ni viven peleando. Aman el viento, el Sol, la lluvia, y no se preocupan por el futuro ni el pasado. Viven
al día contentas con lo que comen. Disfrutan su libertad.
Las hormigas y abejas nos dan lecciones
valiosas: trabajan unidas, guardan provisiones, comparten sus alimentos.
Instintivamente conocen el mal tiempo. Los humanos teniendo inteligencia
y los 5 sentidos nos perdemos
con facilidad. Podemos hablar, cantar, amar, y bailar. Sin embargo, algo nos falta para ser felices. ¿Qué te
falta a ti en lo personal? Te lo dejo de
tarea.
Criminales perdidos en la codicia.
En EE.UU, Al Capone azoló el Chicago de los años
veintes. Traficaba con vinos
y drogas. Era
tan ambicioso como despiadado. Eliminó
a todos sus oponentes de la mafia siciliana. Finalmente fue encarcelado y murió
de sífilis en la prisión. En
México, el chapo Guzmán tiene 65 años y toda su
vida anduvo huyendo. Escapó de la prisión dos veces. Teniendo las
mayores riquezas no
era dueño de
su vida. Fue encarcelado por la DEA y deportado a
EE.UU. En la cárcel, y como terapia para no
enloquecer, lee la Biblia.
Sus hijos heredaron el
negocio de la heroina. Tomaron su ejemplo. ¿Cuánto tiempo vivirán disfrutando un dinero manchado
de sangre? ¿La perversidad se hereda?
Venimos
al mundo a disfrutar la vida.
El Sol nos proporciona una lección diaria: nace, alumbra a
todos, y se oculta
al anochecer. Vuelve a nacer, aves y montañas se iluminan. No muere como pueda pensarse.
Ni se apagan las estrellas en el firmamento. La
luna influye en el agua, las
emociones, y el carácter. El alma
sigue el mismo proceso evolutivo que
el Sol. Nace, cumple su misión, se va y
vuelve a la tierra. El cuerpo se concibe, crece, se reproduce y
muere. Alma y espíritu son
inmortales. El físico solo cambia de envoltura. ¿Por qué a los humanos nos domina la maldad? Nuestros defectos nos impiden ser
felices. Nos hemos alejado del Creador. Corrige la causa y
corregirás el efecto. No nos percatamos del enorme daño que nos causan los egos.
El sublime y perenne reino celestial.
No vivimos al azar. Todos traemos un ángel guardián al nacer. Ángeles y arcángeles nos acompañan al invocarlos. También existen entidades tenebrosas. Hombres y mujeres que nacen para hacer el mal. Cuando nos acercamos a Dios nos regeneramos. Al orar nuestras células y neuronas cambian. El aura se ilumina. Nuestro cerebro transforma los pensamientos equivocados. Nos sentimos regocijados. No importa si tenemos mucho o poco. Poseemos lo más valioso: la vida. ¿Qué más podemos pedir? Ahora que si tenemos amor somos ricos. Me refiero al cariño de una madre por su hijo. Al que beneficia a la persona amada. Un cariño exento de egoísmo y afán posesivo. Que respeta la libertad de su pareja. El amor verdadero no ata ni lastima. Se gana o se pierde.
¿Por qué la indiferencia hacia el ecosistema?
Nos hemos vuelto insensibles. No nos conmueve un amanecer. Ni nos interesa contemplar el firmamento. Ni la lluvia, ni un arcoíris. ¿Ignoramos que allá se encuentra nuestro origen? No nos enternece la sonrisa de un niño. Ni el cariño de nuestros padres. Somos tan burdos como caníbales. La ira y la lujuria nos atrapan. Envidiamos a los demás y la pereza y gula nos dominan. Si tenemos una casa queremos dos. Si poseemos un auto deseamos una colección. Cada quien tiene lo que merece, no lo olvides.
Necesitamos tan
poquito para vivir: alimento, agua, y
un techo. No codiciemos lo superfluo. La
tecnología nos hace dependientes e impulsa el consumismo. Durante siglos no
hubo refrigerador, Tv, luz eléctrica,
móvil, horno de microondas, autos, aviones, ni trenes. ¿Podemos decir que
esas generaciones eran
infelices? ¡Claro que
no porque la dicha existe
sin los elementos externos! Brota
de nuestra esencia. Del bien que hagamos.
¿Cuánto cuesta encontrar la dicha? Pregúntenle a Gandhi,
Albert Einstein, Leonardo de
Vinci, Pitágoras, Jesucristo, El buda,
Dalai lama, Moisés, Salomón, Confucio, David, o la madre Teresa
de Calcuta. Ellos disfrutaron la existencia
con su compasión infinita. Y lo mejor, se encuentran en el
limbo.
11 Cap. del libro, "Te regalo 100 gramos de felicidad".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario