José de Cádiz
Abrázame fuertemente
como cuando yo era un niño
me arrullabas con dulzura
y besabas con cariño
Luego cuando me dormía
yo escuchaba tus latidos
le daba gracias al cielo
por el calor de ese nido
Y en edad de ir al colegio
me llevabas de la mano
con mi uniforme planchado
y mis zapatos de enano
con qué infinita paciencia
me dabas el desayuno
y un ejemplo de decencia
Y cuando yo me enfermaba
te veía muy preocupada
tu sonrisa era fingida
y creo que a solas llorabas
Tengo una imagen en mente
de una madre vulnerable
pero en el fondo muy fuerte
de una bondad inexplicable
Las lecciones con tu ejemplo
fueron mi gran enseñanza
tú me enseñaste el camino
de la honradez y templanza
Cuando yo era adolescente
fui rebelde y descuidado
pero siempre me expresaste
Que era un hijo bien amado
Me impresionó tu nobleza
Mucho más tu honestidad
¡Qué madre tan admirable
Recuerdo que me dijiste
cumple tus sueños y anhelos
Dios bendice a los porfiados
que trabajan con empeño
Nunca busques la riqueza
mal habida y despreciable
mejor siembra mil capullos
en tu existencia adorable
Nada te hará más dichoso
que hacer favores al hombre
que hacer favores al hombre
ya el redentor nos da ejemplos
¿Ves cómo brilla su nombre?
Ahora que soy un adulto
pido un instante supremo
quiero que el tiempo regrese
y darte un beso muy tierno
Sé que no puedo pagarte
todo el caudal que me diste
pero le agradezco al padre
que me permitió cuidarte
pido un instante supremo
quiero que el tiempo regrese
y darte un beso muy tierno
Sé que no puedo pagarte
todo el caudal que me diste
pero le agradezco al padre
que me permitió cuidarte
Le pido a Dios y a los ángeles
cada noche en mi oración
Sigas siendo tan hermosa
¡Y con ese gran corazón!
Sigas siendo tan hermosa
¡Y con ese gran corazón!
Para Olegaria Ubaldo. Anoche me viniste a visitar. Gracias por ese maravilloso regalo. Este poema te lo declamé un día, ¿lo recuerdas?
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