sábado, 20 de enero de 2018

Rumberas del cine mexicano 3

  Reina del trópico






José de Cádiz



Fue la primera “rumbera del trópico” propiamente hablando.  En Cuba Filmó la película Siboney dirigida por Juan Orol, en 1938.  La llamaron, “el ciclón del caribe”, por su forma epiléptica de moverse.  Rumba, Mambo, y Cha cha chá fueron sus preferidos.




Opinaba de su oficio: “una bailarina debe sentir la música y dejarse llevar en sus movimientos para contagiar al público.  ¡Vaya que causaba sensación en los cines donde exhibían sus películas!  El público gritaba y se paraba a imitar sus movimientos.



Le tocó vivir la época de oro del cine mexicano -1940-60.  Cuando había una pujante y variada industria cinematográfica.  Con estrellas inolvidables que dejaron huella en el corazón de los cinéfilos. Películas que ganaban premios en los mejores certámenes del mundo. Aún producimos cine de calidad pero Hollywood tiene acaparadas las salas en nuestro país. ¿Pueden creerlo?





México tenía una producción anual de más de 300 cintas.  Desgraciadamente nuestro cine fue opacado por la poderosa maquinaria de Hollywwod al grado que actualmente en cartelera solo vemos cine gringo de la peor calidad. Películas mexicanas ya no son exhibidas en su propio país. Actores y directores andan mendigando salas y  presupuesto.  ¿Algún día cambiarán las cosas?


¿Les parece si mejor recordemos a María Antonieta?




 
Actriz de origen cubano, pero nacionalizada mexicana.  Aquí realizó una brillante carrera cinematográfica. Se casó en tres ocasiones, primero con Juan Orol, y luego con Juan Pereda directores de sus primeras películas.

Nació el 11 de junio de 1922 en La Habana, Cuba. Fue una actriz versátil y trabajó al lado de grandes actores: Luis Aguilar,  Pedro Armendáriz, Pedro Infante, Sara García, Tin Tan, etc.  Filmó al rededor de 50 cintas y fue la precursora del cine de rumberas.





Con Juan Orol hicieron pareja de baile cuando eran unos jovencitos. Ganaron varios concursos en Cuba y descubrieron su pasión por el baile.  Ensayaban cada tarde en lugar de ir al cine como todos los chicos de su edad.  Demostrando que una actividad que se ejerce con pasión tarde o temprano da frutos. Juan Orol, la convirtió en la rumbera mejor pagada de la época.

Después de filmar Siboney hicieron una gira por la unión americana pero les fue muy mal.  Regresan a México y contratan a Maritoña para filmar "La última aventura de Chaflán", en 1942. Enseguida estelariza "Noche de ronda", habían pasado 4 años que no filmaba.  La situación económica empeoraba.  En 1943 filmó "Conga roja, y "Balajú".  En la mayoría de sus películas bailaba,  demostrando su carisma y habilidades:




 
2 películas  la lanzaron a la fama: “Mi reino por un torero”, y “Conga roja”. Toñita, como la llamaban sus íntimos llevaba el baile en la sangre.  Siendo muy pequeña bailaba en vecindades y fiestas familiares.  En la adolescencia incursionó en teatros y clubes nocturnos de su natal Cuba.  Allá tenía un novio al que adoraba pero más le gustaba la fama.   No vaciló en dejarlo cuando Juan Orol la invitó a venir a México.

Como la mayoría de rumberas no quiso embarazarse siendo joven. Y es que no quería  estropeaba su cuerpo porque el público la reclamaba. Más tarde tuvo su única hija con Juan Pereda. Había probado las mieles de la gloria y reflectores. Juan Orol, era demasiado celoso y no le gustaba que su mujer la asediaran.





En cierta ocasión en una fiesta privada la actriz aceptó bailar un danzón con un amigo.  Juan había ido al baño.  Se escucharon 2 detonaciones y los presentes entraron en pánico.  Juanito le acababa de errar 2 balazos a la actriz.  La última película donde la dirigió fue: "Pasiones tormentosas", ¿acaso un reflejo de su propia vida?

Ni tonta ni perezosa lo abandonó y le pidió el divorcio (1946), pero continuó con su meteórica carrera cinematográfica.  Vinieron: "Rosa linda", "Piña madura", "La flor de la canela", "Acapulqueña", "El centauro del norte".  Se despidió del cine con la cinta "Caña brava", al lado del inmortal Javier Solis.  

En 1965 se retiró y no se dejó ver jamás en público.  Ni siquiera para que le entregaran una diosa de plata.  Ella llegó a decir del evento: "Lo que quieren los organizadores es verme viejita y arrugada pero no les voy a dar ese gusto. Deseo que mi público me recuerde hermosa como en mis mejores tiempos. Todo lo que pude hacer en mi vida se refleja en mis películas".

A los 67 años quedó viuda de Juan Pereda, ¡pero oh sorpresa, se volvió a casar en 1989.  Esta vez con Benjamín Álvarez con quien vivió los últimos 15 años de su vida. María Antonieta abandonó este mundo en 2004.  Obviamente engrosa las filas de inmortales del cine nacional.  Aquí la recordamos con mucho cariño:





Te dejamos con "La bien pagada":






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